WASHINGTON, E. U., marzo 22 (AP)
La Casa Blanca intentó este miércoles restarle importancia a reportes de que el ex jefe de campaña del presidente Donald Trump, Paul Manafort, trabajó clandestinamente para un magnate ruso, al indicar que las tareas se realizaron “en la década pasada”.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, indicó que nada en la información, publicada por The Associated Press, hace referencia a acción alguna del presidente o de su equipo de Gobierno.
Añadió que Trump no estaba al tanto de los clientes que Manafort tuvo en el pasado, y que “no hay indicio alguno” de que Manafort haya hecho algo inapropiado.
Spicer además comentó que la demócrata Hillary Clinton también tenía nexos con Rusia. Dijo que el que fue director de la campaña de Clinton, John Podesta, fue miembro de la junta directiva de una compañía energética con sede en Rusia y que Hillary Clinton “fue el rostro de una política fracasada hacia Rusia”.
La AP investigó y determinó que Manafort trabajó en secreto para un millonario ruso en defensa de los intereses del Kremlin hace una década y propuso un ambicioso plan estratégico para debilitar a la oposición antirrusa en las antiguas repúblicas soviéticas.
Esta revelación parece contradecir las afirmaciones realizadas por el gobierno de Trump y por el propio Manafort de que nunca trabajó para intereses rusos.
En un plan estratégico confidencial de junio de 2005, Manafort propuso influir en política, acuerdos comerciales y cobertura mediática en Estados Unidos, Europa y las ex repúblicas soviéticas para beneficiar al gobierno de Vladimir Putin. En ese momento, con el republicano George W. Bush en la Casa Blanca, la relación entre Estados Unidos y Rusia iba a peor.
El ex colaborador de Trump presentó sus planes al magnate ruso del aluminio Oleg Deripaska, un aliado próximo a Putin con quien llegó a firmar un contrato anual de diez millones de dólares a partir de 2006, según entrevistas con personas familiarizadas con el asunto y en registros empresariales confidenciales obtenidos por la AP. Manafort y Deripaska mantuvieron su relación commercial hasta al menos 2009, según una persona conocedora del tema.
“Somos de la opinión de que este modelo puede beneficiar mucho al gobierno de Putin si se emplea a los niveles correctos y con el compromiso adecuado con el éxito”, escribió Manafort en el reporte de 2005 a Deripaska. Ese esfuerzo, agregó, “ofrecerá un gran servicio que puede redireccionar, a nivel tanto interno como externo, las políticas del gobierno de Putin”.
Los planes de Manafort estaban incluidos en documentos obtenidos por la AP, entre los que había memorándums estratégicos y registros que muestran transferencias internacionales de millones de dólares. No estuvo claro qué trabajo hizo exactamente Manafort.
La revelación se produce mientras ex asesores de campaña de Trump están en el centro de una pesquisa del FBI y de dos en el Congreso. Los investigadores están analizando si el equipo del republicano y sus socios se coordinaron con Moscú para interferir en la campaña presidencial de 2016. Manafort dijo que el proceso tenía motivaciones políticas y era erróneo y afirmó que nunca trabajó para intereses rusos. Los archivos obtenidos por la AP muestran que la vinculación entre el ex jefe de campaña y Rusia es más estrecha de lo que se creía.
En un comunicado a la AP, Manafort confirmó que trabajó para Deripaska en varios países pero señaló que su labor estaba siendo mostrada injustamente como “inapropiada o ruin” como parte de una “campaña de desprestigio”.