CIUDAD DE MÉXICO, marzo 26 (Agencias)
En uno de los camerinos del Auditorio Nacional luce una vitrina en la que se exponen seis libros enormes que, abiertos, dejan ver fotos, mensajes y firmas de Marcel Marceau, Juan Gabriel, Ricky Martin y otros grandes artistas que se han presentado en el lugar, dejando, además del recuerdo a su público, una evidencia escrita de su paso por ahí.
Afuera, entre los camerinos y el escenario, llama la atención un enorme altar a la Virgen de Guadalupe lleno de velas encendidas que ha visto rezar -antes de salir a cantar- cualquier artista que les venga en mente, entre ellos, Carlos Rivera, quien recuerda que cada que visitaba el Auditorio como invitado de otros cantantes pasaba ahí a pedirle a la virgen su propia oportunidad.
“Cuando llegué a vivir aquí a la Ciudad de México hace como trece años pasaba por aquí y lo veía a veces tan lejano, pero algo en mi corazón me decía que tal vez un día iba a cantar aquí” comparte minutos antes de subirse al escenario del Auditorio por tercera vez.
Habla también sobre el contenido de sus letras en una actualidad en la que se cuestionan los mensajes que la música transmite, especialmente sobre la mujer.
“Yo creo en la amabilidad de lo que se dice, a final de cuentas la música ayuda a que las cosas suenen de otra manera. Lograr que tengas una misma canción que la entienda un niño de seis años o una señora de 80 creo que tiene que ver con ese lenguaje, un lenguaje del amor universal.
Mis canciones van más allá del amor de pareja, de la familia, obviamente si nos dedicamos -solamente- al romanticismo me limitaría y yo hoy veo esa apertura que tiene mi música gracias a que me voy más allá de lo romántico, de hacer canciones de amor, veo a Marjorie de Souza que escribía una frase de una de mis canciones para su hijo o en el vals de la boda, hay diferentes maneras de contar, por lo tanto sigo defendiendo la idea de escribir el amor en muchas manifestaciones”.
Rivera estrenará en abril “Lo digo”, una canción que compuso con Gente de Zona y grabaron en Cuba.
“Es una canción que es una fiesta, es una colaboración que habla de lo positivo y de lo que necesitamos escuchar hoy después de que tanta gente ve en la televisión tantos problemas, la economía terrible, la seguridad terrible y al final la gente se está olvidando de soñar”.
Soñar y creer son justamente las palabras que a él lo han mantenido en el medio y que aún le provocan cosquillas en el estómago a la hora de salir a cantar.
Es por eso que pese a que le han llegado propuestas para hacer teatro, cine y televisión él ha decidido enfocarse por ahora en su gira, con la que llegará al Palacio de los Deportes de Madrid el próximo dos de septiembre. También acaba de abrir una cuarta fecha para el Auditorio el 14 de julio.
“Yo tengo ahorita la posibilidad de compartir con un público, de que haya diez mil personas que me escuchen y de decirles junto con mi música que los sueños se cumplen, que hay que poner una sonrisa y levantarnos, que tarde o temprano todo pasa y que vale la pena al final”.