Rebeca Maldonado.-
Un chileno que viajó de excursión a Bolivia, se extravió en el bosque por nueve días, lo impactante no es que lo hayan encontrado con vida, sino la manera en la que sobrevivió, pues relató a sus rescatadores que fue salvado por una manada de monos que lo guiaban todos los días hacia un refugio y además le arrojaban frutas para que se alimentara.
Mayckool Jhovan Coroseo, de 25 años se perdió en el Parque Nacional Madidi, y según la Agencia Boliviana de Información, el joven “habría ido a buscar baño en la selva y se extravió”, informó el director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, Iván Zambrana.
El turista chileno relató a la revista National Geographic que mientras se encontraba en el bosque siguió a un grupo de monos que le tiraban frutas y lo guiaron cada día hacia “un refugio y agua”.
Según la revista, la desaparición de este sujeto resulta bastante misteriosa puesto que no muy común que esto suceda y siendo hace 15 años la última vez que alguien se extravió en Madidi.
En la historia que emplea la revista sobre lo acontecido, el turista se perdió después de haberse negado a participar en un ritual de veneración a la diosa Pachamama para que “le permitiera entrar en el bosque”, por tal motivo, el dueño de la agencia considera que el hombre pudo haber sido confundido por un duende.
El Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) informó que los chamanes Don Rómulo y Doña Tiburcia participaron en búsqueda, celebrando ceremonias. Mientras los guardas y los guías de la agencia salieron 9 o 10 horas diarias al día en la búsqueda de Coroseo.
El turista fue hallado a un kilómetro de la cabaña de la agencia turística en la que se hospedaba. Estaba deshidratado y presentaba rasguños y picaduras de mosquito, pero, en general, se encontraba bien. Cuando por fin pudo hablar sobre lo que le había pasado, sostuvo que el día que se extravío en su cabeza tuvo “pensamientos raros y terribles”, por lo que sintió la necesidad de escapar del bosque, y empezó a correr, deshaciéndose de su celular, linterna y sandalias para que no lo frenaran.
Al final, gracias a los monos que, según su historia, lo alimentaron y cuidaron, logró seguir con vida hasta que lo rescataron.