EL CAIRO (AP) — Cientos de mujeres y niñas egipcias dieron un paso al frente en los últimos días para denunciar el acoso sexual y compartir historias personales sobre el tema en medios sociales, rompiendo un tabú y provocando la indignación de parte de la mayoría conservadora en el país.
Desde el fin de semana y hasta el miércoles, en mensajes en Facebook y Twitter, aparecieron historias francas y poco habituales centradas en las primeras experiencias de las mujeres con el acoso. Casi todas habían ocurrido en la infancia y algunas implicaban a familiares y profesores.
La campaña iniciada por una mujer graduada hace poco en la universidad dejó al descubierto un fenómeno endémico en las abarrotadas calles de Egipto, donde las mujeres sufren desde hace años acoso sexual de hombres solos o en grupo en distintas congregaciones públicas, protestas o celebraciones.
«No sabía que había tantas otras que habían pasado por esto, me di cuenta de que no estaba sola», comentó Haidi Gamal, estudiante de secundaria de 18 años, que recordaba tres incidentes de acoso físico para cuando tenía unos seis años, sufridos a manos de un pariente, compañeros de escuela mayores y un tendero.
Gamal dijo que había decidido hablar sobre el acoso porque muchas personas no creen que sea tan generalizado, y ella quería que la gente en su entorno lo supiera. «Pensé que si alguien a quien conocen escribe sobre ello, lo creerán», explicó.
Una mujer recordó una agresión de su propio abuelo, y otra de un médico de urgencias que la atendió cuando se encontraba grave. Varias describieron cómo sus padres las habían castigado y aterrorizado para que callaran cuando hablaron de los incidentes.
Alaa Emad fue una de los que reavivaron la etiqueta en árabe para «El primer intento de acoso fue a la edad de…».
«Hemos pasado de que las mujeres no hablen de ello a que cuenten historias sobre ello en sus propias páginas de Facebook, y eso no les gusta a algunas personas», dijo Emad, añadiendo que pese a haber recibido insultos y mensajes de odio de desconocidos, la participación en la iniciativa demuestra que las actitudes están cambiando.
Los que critican la campaña repitieron una justificación para el acoso sexual que se oye con frecuencia en Egipto, la idea de que las mujeres son responsables por invitar el acoso con ropas o acciones provocativas. Otros aconsejaron a las mujeres que se quedaran esas historias para sí mismas para proteger su honor y preservar la imagen del país.
«Esta es una etiqueta inútil y repugnante. ¿Qué más nos da cómo y cuándo te acosaron? Es culpa tuya tanto como del acosador», dijo uno.
Otro usuario en medios sociales se lamentaba lo francas que eran las mujeres al narrar sus experiencias, diciendo que «Las mujeres se han vuelto muy groseras, las musulmanas deberían hacer mejor que deshonrarse de esta manera».
La magnitud del problema de la violencia sexual en Egipto quedó sobre la mesa en los años tras el alzamiento popular de 2011 que derrocó al autócrata Hosni Mubarak, cuando se registraron violaciones y agresiones sexuales masivas en varias protestas.
Desde entonces, iniciativas organizadas por la sociedad civil para combatir ese fenómeno instaron a las mujeres a alzar la voz, a pesar de las insistencias de un gran sector de la sociedad en negar la existencia del problema.
El presidente, Abdul Fatá el Sisi, visitó a una de sus seguidoras en el hospital al día siguiente de que sufriera una grave agresión en las celebraciones de la victoria de El Sisi en junio de 2014, un reconocimiento poco habitual de la violencia sexual por parte de un funcionario público.
Sin embargo, el problema persiste. El pasado viernes se difundieron en internet videos grabados por peatones en los que se veía a docenas de hombres rodeando y acosando a una mujer en la provincia de Zagazig, en el norte de El Cairo, antes de que fuera rescatada por la policía.