CARACAS, Venezuela, abril 8 (Agencias)
La Policía Nacional Bolivariana de Venezuela (PNB) impidió este sábado nuevamente el paso de la marcha opositora hacia la sede de la Defensoría del Pueblo, en el centro de Caracas, por lo que comenzaron enfrentamientos con los manifestantes y el uso de gases lacrimógenos por parte de los agentes.
La manifestación, la tercera en esta semana y que fue congregando a miles de manifestantes en la avenida Francisco de Miranda, en el este de Caracas, intentó dirigirse hacia la sede de la Defensoría -que preside el Poder Ciudadano- para protestar por el rechazo de esta instancia a actuar contra los magistrados del Supremo, condición indispensable para que el Parlamento pueda proceder contra ellos.
Las manifestaciones de las últimas horas han dejado a decenas de heridos, opositores detenidos y un estudiante universitario muerto por un disparo.
El diputado opositor Juan José Mejías señaló que, a pesar de los gases lacrimógenos, se mantendrán en la calle expresándose “pacíficamente”.
Seguiremos intentándolo cuantas veces sea necesario hasta que venzamos el piquete (de la policía) y lleguemos a nuestra meta”, afirmó.
Tras desatarse los enfrentamientos, la dirigente opositora María Corina Machado se dirigió a la autopista Francisco Fajardo, principal arteria vial de la ciudad, con un grupo de manifestantes, lo que paraliza parcialmente el tráfico de la capital.
El primer vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara, encabeza otro grupo de personas, que se trasladó hasta la avenida Andrés Bello, paralela a la avenida Libertador, para intentar mantener su camino hacia la Defensoría.
Entretanto, parte de la manifestación se mantiene en la avenida Libertador, donde comenzaron los gases lacrimógenos y que conecta el este con el centro de la capital venezolana.
Los episodios de violencia han llevado a grupos como Amnistía Internacional a condenar “el uso excesivo de la fuerza” por parte de los órganos de seguridad.
La oposición, de todas formas, ha decidido no abandonar las movilizaciones para apoyar la destitución de los jueces que intenta el Parlamento, donde son mayoría, e insistir en el llamado a elecciones que viene dilatando el poder electoral, en medio de una prolongada crisis económica.