MIAMI (AP) — Leah no puede dejar de llorar mientras abraza a su padre, un inmigrante nicaragüense. Pero al mismo tiempo está segura de que quiere subirse al autobús que la espera para viajar a Washington.
A su lado Jasmine recuerda el día en que su madre le contó que la policía había detenido a su padre, un inmigrante que permanece en el país sin autorización desde hace 17 años, por manejar sin licencia de conducir. Teme que pueda suceder nuevamente y que en lugar de recuperar la libertad después de estar dos meses preso, su papá sea deportado. Por eso se montó en el autobús.
Leah y Jasmine son parte de un grupo de niños y adolescentes de familias inmigrantes que partieron el lunes desde Miami a Washington para darle un mensaje claro al presidente Donald Trump: los niños están unidos y van a luchar por sus padres, muchos de ellos sin papeles, para vivir legalmente en Estados Unidos.
La mayoría de los chicos que viajan en el autobús nacieron en Estados Unidos pero temen que sus familias queden divididas si sus padres o alguno de ellos son deportados. Un puñado de adultos, entre ellos varios de los padres, acompaña a los niños en el viaje de cuatro días que tendrá escalas en Georgia y Carolina del Norte.
«Voy a Washington porque quiero proteger a mi familia. Quiero darle el mensaje al presidente de que los niños estamos fuertes y podemos pelear por nuestros padres», expresó Leah, de 11 años, quien al igual que Jasmine pidió no ser identificada por su apellido por temor a que sus padres sean detenidos.
Trump ha prometido deportar a millones de inmigrantes que residen sin papeles en Estados Unidos y construir un muro en la frontera con México.
A Jasmine, de 10 años, la acompaña su mamá Laura, una joven mexicana que se encuentra protegida temporalmente de una deportación por DACA, una orden ejecutiva del expresidente Barack Obama que ampara a unos 750 mil jóvenes que llegaron ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños.
«Vamos a enviarle un mensaje al presidente Trump de que cambie de opinión sobre los inmigrantes y deje de separar a las familias. Estamos juntos y vamos a luchar», expresó Laura, quien también pidió no publicar su apellido por temor a la seguridad de su esposo, que lleva más de 12 años en el país sin autorización.
Los chicos, que fueron acompañados también por un grupo de adolescentes afroamericanos, se encontrarán en Washington con otros grupos de niños de Nueva York, New Jersey, Maryland, Virginia, Carolina del Norte y Colorado y juntos harán una manifestación en el Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca.
Algunas organizaciones nacionales apoyaron la caravana.
«Los chicos valientes que están participando en la caravana de niños entienden que el amor de una familia trasciende las fronteras. Todos los niños merecen vivir en una familia, sin temor de que sus padres puedan ser detenidos y deportados», expresó Emily Butera, miembro del grupo Women’s Refugee Commission.