CIUDAD DE MÉXICO, mayo 10 (Agencias)
Muchas personas creen que tienen dominado el arte de lavarse la cara. Pareciera ser algo casi automático: enjabonar, enjuagar y repetir dos veces al día (¡algunas solo una!).
El portal Elle nos dice que no debes hacer para que te sientas segura de que al menos por eso no estas condenándola a una vida de granos, puntos negros y espinillas.
No te lavas las manos
Pareciera algo ilógico hacerlo cuando estás apunto de llenarlas de jabón, pero la idea es que tengas la menos cantidad de bacterias posibles al momento de tocar tu cara. Así que sí, debes lavarlas antes, no durante.
No estás aplicando el limpiador en la dirección correcta
Imagina que tus poros son como tejas, siempre mirando hacia abajo, así que para asegurarte de que el producto penetre bien y limpie a profundidad, debes de aplicarlo en movimientos circulares y hacia arriba.
No estás cambiando de jabón según la estación
El clima tiene un impacto enorme en la condición en tu piel, algo que te funciona en verano, probablemente no lo haga en invierno. Es mejor utilizar fórmulas ligeras, libres de aceites durante los meses más calientes, y otra más hidratante cuando comienza a hacer frío.
Te estás exfoliando demasiado
La regla de oro es de una a dos veces por semana con productos suaves. Hacerlo muy seguido te puede resecar, o peor, irritar/romper las pequeñas venas que tenemos en la cara y hasta causar decoloración.
Estás secándola incorrectamente
¿Eres de las que jala su cara con la toalla al momento de secar? Pues muy mal, puedes estar raspando capas de la piel e incluso promoviendo el enrojecimiento. Mejor hazlo dando palmaditas suaves con una muy limpia.
