diciembre 15, 2024
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mayo 16, 2017 | 347 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 15 (Agencias)

El periodista Javier Valdez, premiado en múltiples ocasiones por su trabajo valiente sobre el narcotráfico, halló este lunes la muerte en su tierra natal, Culiacán, a manos de pistoleros que, como en tantos lugares del país, están silenciando a la prensa.

El fundador del semanario Ríodoce y corresponsal del diario nacional La Jornada en Sinaloa fue interceptado y atacado a tiros desde un vehículo cuando caminaba por la calle.

Su cuerpo quedó tendido boca abajo en el pavimento, muy cerca de las instalaciones del semanario que fundó hace varios años y donde en febrero publicó una entrevista con un emisario de Dámaso López Núñez, presunto sucesor de Joaquín “el Chapo” Guzmán al frente del Cártel de Sinaloa, detenido el dos de mayo en Ciudad de México.

En una entrevista en octubre pasado, Valdez se definió como un buscador de historias en “medio de las ruinas” y defensor de los periodistas “que se la están partiendo” en un país donde “el delincuente manda” y “el aire que respiramos no nos pertenece”.

Habló sin tapujos de la complicidad de los políticos con el narcotráfico, aseguró que en México no hay libertad de prensa porque el crimen organizado y los gobiernos corruptos imponen el silencio a punta de bala o dinero, y denunció que “el periodismo valiente, digno, responsable, honesto no tiene sociedad alrededor”.

El periodista “está solo y eso habla también de nuestra fragilidad porque significa que si van contra nosotros (…) no va a pasar nada. No hay ese sentimiento de solidaridad, de cobijarnos juntos a la hora de que un periodista es asesinado, agredido, amenazado”, lamentó.

Recordó que en 2009 Ríodoce fue atacado con una granada y “hubo medios que no publicaron nada, no es solidaridad de oficio, es hacer lo que te toca hacer”.

El escritor no imaginó entonces que se sumaría al más de centenar de periodistas asesinados desde el 2000 en este país, donde la impunidad es la regla en estos casos.

Valdez, ganador en 2011 del Premio Libertad de Prensa del Comité para la Protección de Periodistas y el Maria Moors Cabot con el equipo de Ríodoce, creía que si bien el narcotráfico imponía “una dinámica cabrona al periodismo” en el estado de Sinaloa había ciertos márgenes de maniobra.

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