diciembre 13, 2024
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mayo 24, 2017 | 154 vistas

JERUSALÉN, Israel, mayo 23 (AP)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exhortó este martes a israelíes y palestinos a trabajar por la paz, pidiéndoles que pongan de lado “el dolor y los desacuerdos del pasado”.

Trump se reunió, por separado, con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abás en su rápida visita a la región. En un discurso en el Museo de Israel, declaró que ambas partes están dispuestas a avanzar, aunque no había señal concreta de una reanudación del proceso de paz.

“Los palestinos están listos para llegar a la paz”, dijo Trump quien, volteándose hacia el primer ministro israelí, añadió: “Benjamin Netanyahu quiere la paz”.

Trump, veterano hombre de negocios, ha calificado un acuerdo de paz en el Medio Oriente como “el acuerdo máximo”, y le ha asignado a su yerno Jared Kushner y al ex abogado de bienes raíces Jason Greenblatt la tarea de trazar un proceso diplomático. Aun así, los funcionarios de la Casa Blanca habían minimizado las posibilidades de grandes avances en este viaje, afirmando que es importante controlar las expectativas en un tema que ha resultado sumamente difícil incluso para diplomáticos más experimentados.

Trump evidentemente eludió los espinosos temas que han frustrado los intentos anteriores de llegar a un acuerdo: No mencionó los asentamientos judíos, el estatus de Jerusalén ni si Estados Unidos insistirá en una solución de dos estados.

Sus allegados dijeron que ello fue a propósito, y el estilo improvisado de Trump dio paso a una estricta lectura de discursos preparados ante la consciencia de que cada palabra sería escudriñada por comentaristas y expertos.

 

VISITA MONUMENTO

A VÍCTIMAS DEL

HOLOCAUSTO

Por otra parte, Trump realizó este martes una breve visita al monumento a las víctimas del Holocausto en Israel, calificando el genocidio de seis millones de judíos a manos de los nazis como “el crimen más despiadado contra Dios y sus hijos” que haya ocurrido en la historia.

Algunos criticaron al mandatario por dedicarle tan poco tiempo al monumento y museo Yad Vashem, tras diversos tropiezos de su administración en temas judíos, como por ejemplo al no denunciar enfáticamente el antisemitismo de algunos de sus partidarios, o al expresarse en tono casual al hablar del Holocausto.

Pero Trump complació a sus anfitriones al expresar elocuentemente su solidaridad con las víctimas del Holocausto, y su fuerte apoyo al estado judío.

En una ceremonia solemne, el presidente reencendió la llama eterna sobre el monumento y colocó una corona de flores en honor a las víctimas. Un coro infantil entonó himnos y un cantor recitó el rezo tradicional judío de recordación de los muertos.

En breves comentarios, Trump calificó al Holocausto como “la hora más oscura de la historia”.

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