diciembre 11, 2024
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junio 4, 2017 | 156 vistas

KABUL, Afganistán, junio 3 (Notimex)

El presidente de Afganistán, Mohammad Ashraf Ghani, declaró este sábado que el país está “bajo ataque”, luego que una serie de explosiones sacudieron a Kabul, capital afgana, provocando la muerte de al menos seis personas y causando heridas a otras 87.

El ataque, con al menos tres bombas, se registró la tarde de este sábado durante la ceremonia fúnebre del hijo del presidente de la Cámara alta del Parlamento de Afganistán, Mohammad Alam Izdyar, en el cementerio Tapa Marshal Fahim, en el área de Sarai Shamali en Kabul.

Mohammad Salim Izadyar, hijo del senador, murió junto a otros tres manifestantes durante las protestas realizadas la víspera para exigir mayor seguridad en el país, después del ataque perpetrado el miércoles en Kabul, en el cual unas 90 personas perdieron la vida.

En una declaración escrita, el presidente Ghani condenó el “escandaloso” ataque cometido contra los dolientes que enterraban a “un mártir”, y afirmó que “el país está bajo ataque, debemos ser fuertes y estar unidos”.

El Ministerio del Interior confirmó la muerte de seis personas y precisó que otras 87 sufrieron lesiones, aunque el balance de víctimas proporcionado por fuentes hospitalarias es de al menos 19 decesos y cien heridos, mientras que reportes de prensa colocan las cifras en 80 fallecidos y 350 lastimados.

El viceministro afgano del Interior para la Seguridad General, Murad Ali Murad, emitió una alerta de seguridad antes de las explosiones de este sábado debido al estancamiento de las conversaciones entre el Gobierno y los manifestantes en cuanto a las protestas del viernes que se tornaron violentas.

Después del ataque, el general Murad afirmó que la alerta de seguridad para la ciudad de Kabul continúa siendo muy alta, e instó a los manifestantes a dispersarse y abstenerse de realizar más protestas.

Funcionarios de seguridad habían advertido que “los enemigos del país están tratando de llevar a cabo ataques suicidas explosivos y coordinados contra reuniones, protestas, y otras movilizaciones en áreas públicas.

Por el momento, los militantes del grupo fundamentalista Talibán negaron que el grupo tuviera alguna participación en las explosiones durante el funeral.

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