Shalma Castillo.-
Cd. Victoria, Tam.- La profesión de maestro en la actualidad ha perdido su valor, cada día desmotiva más a quienes ya lo son, y a quienes desean serlo.
Los cambios en educación, la Reforma Educativa, el mínimo número de plazas y el bajo salario, que además a muchos tarda meses en llegarles, es lo que ha influido en ello.
Las Escuelas Normales de la Capital del Estado han bajado de manera importante su demanda de aspirantes y el cupo para nuevos alumnos es cada vez más limitado.
“Hace años, aún recuerdo que se hacían largas filas desde uno o dos días antes, los alumnos y padres de familia acampaban y pasaban la noche afuera de la escuela para sacar la ficha de preinscripción, ahora no”, enfatizó una de las maestras de la Normal Básica.
Año con año son menos las personas que desean dedicarse al magisterio, porque pareciera que ahora son más los puntos en contra que a favor.
Hasta el 2012 en la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas (BENFT) creaban hasta cuatro o cinco grupos para Educación Primaria, con una capacidad de 25 a 30 estudiantes y uno o dos grupos para Educación Especial.
A partir del 2013 solamente es uno o dos grupos para cada especialidad, con capacidad para menos de 25 normalistas.
La Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) fue reduciendo el número de aspirantes en las convocatorias, para que en cada generación fueran menos los docentes egresados.
No fue por falta de infraestructura en las normales ni de maestros que dieran clases a este nivel de educación, sino porque así lo estableció la SET.
Además de ello, poco a poco se fue notado menos el interés por parte de estudiantes recién graduados del nivel media superior.
De igual manera, ocurrió en la Normal de Educadoras “Estefanía Castañeda”, los grupos de nuevo ingreso fueron siendo menos, y también quienes “sí quedaban”.
“Ya no conviene ser maestro, las vacantes que existen son insuficientes para el número de egresados, además los pocos que logramos ingresar sufrimos demasiado”, expresó Alberto López, docente con tres años de experiencia, quien labora en una escuela primaria del municipio de Reynosa.
Dijo que uno de los principales problemas que enfrentan los que tienen pocos años ejerciendo es que a veces su sueldo tarda hasta tres meses en llegar, y cada ciclo escolar que renuevan nombramientos les suspenden el pago.
“La mayoría de las nuevas generaciones de maestros trabajamos en un municipio que no es el nuestro, estamos lejos de nuestras familias y lo único que generamos son deudas”, refirió.
LA REFORMA EDUCATIVA
A raíz de que se puso en marcha en todo el país la Reforma Educativa, se mostró descontento de muchos docentes y al ver las supuestas complicaciones o lo que no les parecía de ella, desmotivó a quienes a futuro pensaban estudiar la carrera para maestro.
“La Reforma Educativa tiene puntos a favor y en contra, pero el sistema, la corrupción, el trabajo administrativo por parte del Servicio Profesional Docente (SPD) y la SET dejan mucho que desear, porque no se preocupan por los nuevos maestros y no dan solución a los problemas”, manifestó Susana González.
“El SPD exige mucho a los trabajadores de la educación, pero por el otro lado no se ve un apoyo, también las tutorías obligatorias que deben tener los nuevos maestros por dos ciclos, no sucede, hay muchos que no cuentan con un tutor, ahí ellos están incumpliendo con la Reforma”, indicó.
“No digo que no a la evaluación, pero sería más conveniente si nos evaluaran en la práctica, en las aulas, no sentados frente a un monitor contestando lo que el sistema quiere que contestemos, los exámenes que presentamos al término del primer y segundo ciclo deben estar adaptados al contexto que trabaja el docente y realmente es todo lo contrario”, mencionó.
Los puntos que algunos maestros consideran favorables de la Reforma Educativa son: el examen de oposición para poder ingresar al sistema, porque antes cualquiera podía hacerlo, sin siquiera tener una licenciatura en educación, pedagogía o algo relacionado a la materia.
También el que sean sometidos a evaluaciones cada cierto tiempo, es algo positivo, aunque dentro de este mismo punto a favor, hay algo en contra; las evaluaciones no corresponden, ni siquiera hay información suficiente para poder estudiar.
Otro factor favorable es que dan cursos gratuitos de actualización en línea, por medio del Sistema Nacional de Desarrollo Profesional Docente (Sinadep), sin embargo estos cursos no son bien atendidos porque no son presenciales y no se tiene un aprendizaje como se requiere, no hay espacio para compartir ideas entre todos los que toman el curso.
También los incentivos de promoción son un buen punto y justo que se incrementen, aunque hay algunos que prefieren escalafón aunque ya no existe, pero era más fácil.
“La reforma es arma de doble filo, te ayuda pero también te puede perjudicar si irrumpes con algo de lo que estás haciendo”.
DESVALORIZACIÓN DEL DOCENTE
“Ha decaído demasiado el valor ante la sociedad de esta profesión, los padres de familia actualmente no nos respetan como antes a los maestros, ponen demasiados peros, no apoyan, nos ven como guardería y ahora duraremos más por el calendario de 185 días, todo para que el tiempo sea más efectivo, eso es imposible”, enfatizó María de Jesús.
Si bien las cuotas escolares no son obligatorias, y si se les piden “casi los linchan”, pero los maestros requieren de herramientas como copias, impresiones, material didáctico y la escuela de mantenimiento.
“Tengo padres de familia que tienen hasta cuatro hijos, trabajan en maquilas, no les alcanza, no cumplen, no les interesa apoyarnos en la parte que les corresponde en casa, porque no les ponen atención y no conviven con ellos”, indicó.
Antes, era “le haces caso a tu maestro”, o lo que el maestro decía lo apoyaban.
Aunque dejaron en claro que no todos los padres de familia, porque hay muchos que sí apoyan y muestran interés.
“Yo no me arrepiento de ser maestra, me gusta serlo y amo mi trabajo, pero ya no nos dan el valor que merecemos y eso deprime y no es nada motivacional”, apuntó.
QUIENES DEBIERON ESTUDIAR OTRA CARRERA
“Soy egresada de la Normal de Educadoras y terminé trabajando en una dependencia de Gobierno que nada tiene que ver con educación, porque cuando presenté mi examen de oposición resulté idónea, pero las plazas que dieron no fueron suficientes”, mencionó Gabriela Ruiz.
En el caso de Julissa, trabaja por contrato en una dependencia gubernamental ya que tampoco obtuvo plaza; “debí haber elegido otra carrera, donde sí hubiera más oportunidad de ejercer realmente eso que estudiaste, veo a mis ex compañeros, es un trabajo muy desgastante y poco gratificado”.
E incluso hay quienes al concluir la Normal y no obtener empleo deciden estudiar otra carrera como Cynthia Pineda, que ahora cursa Licenciatura en Derecho, con la confianza de que tenga mejor suerte encontrando oportunidad laboral como abogada.
LOS QUE ESTÁN EN PROCESO PARA SER MAESTROS
“Cuando entré a la normal la verdad sí estaba motivado, ahorita estoy en quinto semestre y pues lo único que quiero es acabar para ver si tendré suerte en trabajar, y si no para buscar en qué”, dijo Luis, alumno de la Benft.
Aunque también muchos de los normalistas que están a punto de egresar cometan que tienen la intención de buscar la oportunidad en el estado de Nuevo León, ya que allá hay mayor capacidad de plazas e incluso les pagan mejor.
“Pues yo cuando salga voy a presentar en Nuevo León, en Tamaulipas es muy difícil, aparte a todos los mandan a Reynosa y ahorita por la situación de inseguridad me da miedo”, expresó.
Realmente ahora quienes deciden entrar a estudiar pedagogía es porque tienen algo seguro para trabajarlo, o confían en que no será difícil poder ejercer cuando egresan.
Sin embargo, algunos maestros aman su profesión, y si tuvieran que elegir una carrera elegirían la de ser maestros otra vez.
“Si al docente se le diera el valor, las herramientas, se gratificara como merece, y todos tuvieran amor a esta profesión, la sociedad cambiaría, porque la educación es el arma para cambiar al mundo, la cultura y para tener buenos ciudadanos, pero ellos no pueden solos”.