Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Cd. Victoria, Tam.- El sistema penitenciario de Tamaulipas está reprobado. Figura entre los seis estados del país con peor calificación recibida durante el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016, realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en el que obtuvo apenas un 4.95.
De acuerdo al informe que rindió ayer el organismo defensor de las garantías de los mexicanos, Tamaulipas solamente está por encima de Nayarit, Guerrero, Hidalgo y Quintana Roo, cuya calificación apenas rebasa el cuatro. La media nacional es de 6.28.
La evaluación del sistema penitenciario nacional se realiza cada año para verificar las condiciones de internamiento de las personas procesadas y sentenciadas que se encuentran recluidas, con una perspectiva de respeto a los derechos humanos.
Cinco son los aspectos que evalúa la CNDH: integridad personal del interno; estancia digna; condiciones de gobernabilidad; reinserción social del interno; y atención a internos con requerimientos específicos.
En Tamaulipas fueron evaluados los Centros de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo y Victoria. El peor calificado fue el de la Capital del Estado con un 4.50. Los tres restantes lograron un 4.83; 5.24 y 5.23 respectivamente.
Con excepción del Cedes de Matamoros, que tiene capacidad para mil 200 internos y tiene 949, los otros reclusorios están sobrepoblados. Reynosa puede albergar a mil 450 reos y tiene mil 893; Nuevo Laredo tiene capacidad para mil 14 pero su población es de mil 386, en tanto que Victoria cuenta con 851 espacios y alberga a mil 317 prisioneros. (Cifras de 2016).
Salvo el de Nuevo Laredo, el resto de los reclusorios padecen autogobierno.
Entre las deficiencias más graves detectadas por la CNDH destacan: la no existencia de una separación entre hombres y mujeres; insuficiencia en los programas para la prevención y atención de incidentes violentos, no hay prevención de violaciones a derechos humanos.
Los penales tamaulipecos también están reprobados en las condiciones materiales e higiene para alojar a los reos; sus áreas médica, de cocina y comedores carecen de higiene.
Padecen de insuficiencia en personal de seguridad y custodia y muestran deficiencias en el proceso para la imposición de las sanciones disciplinarias.
El diagnóstico reveló, además, deficiencias en la integración del expediente técnico-jurídico y en la clasificación de las personas privadas de la libertad. No hay separación entre procesados y sentenciados.
Son insuficientes las actividades laborales y capacitación; las educativas y deportivas, que forman parte del proceso para reintegrar socialmente al interno.
Solamente en dos rubros aprobaron los Cedes, y de “panzazo”: en la capacitación del personal penitenciario y en la integración y funcionamiento del Comité Técnico.
