diciembre 12, 2024
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junio 10, 2017 | 107 vistas

LONDRES, Inglaterra, junio 9 (AP)

En un drama político devastador y surrealista, la primera ministra británica, Theresa May, intentó este viernes seguir gobernando como si nada hubiera pasado, aunque su Partido Conservador perdió la mayoría parlamentaria y sus rivales exigen su renuncia.

La elección que May convocó para fortalecer sus filas mientras Gran Bretaña realiza el proceso de abandonar la Unión Europea, finalizó con la destrucción de su autoridad política, posiblemente con sus días contados en el cargo, y con el camino al Brexit más enredado que nunca.

En tanto, el supuesto derrotado, el líder del Partido Laborista Jeremy Corbyn, se saboreó el sorprendentemente sólido resultado y aceptó de buena gana los elogios de una base joven y revitalizada.

Los periódicos británicos lo resumieron con una palabra: Caos.

Los Conservadores basaron su campaña electoral en torno a las ostensibles fortalezas de May como una líder “fuerte y estable”, por lo que el resultado es una afrenta personal. Pero May reagrupó filas el viernes, reafirmando en el cargo a altos miembros de su gabinete y sosteniendo negociaciones con un pequeño partido de Irlanda del Norte sobre reforzar su gobierno minoritario.

“Obviamente deseaba un resultado distinto anoche”, reconoció May al prometer que “reflexionaría sobre lo sucedido”.

Después de entregarse los resultados de los 650 escaños de la Casa de los Comunes después de los comicios del jueves, los atribulados Conservadores de May obtuvieron 318, menos de los 326 requeridos para formar una mayoría, y muy por debajo de los 330 con los que contaban antes de que la premier lanzara su apuesta electoral.

El Partido Laborista finalizó con 262, un incremento respecto a los 229 previos, y el Partido Nacional Escocés obtuvo 35, un retroceso de alrededor de 20 escaños, lo que complica los planes del partido de propugnar por la independencia.

El resultado final fue anunciado casi 24 horas después del cierre de casillas. Después de tres recuentos, los Laboristas obtuvieron el acaudalado distrito electoral londinense de Kensington, al superar a los Conservadores por apenas 20 votos.

En declaraciones a las afueras de la residencia oficial, May reconoció el desastroso resultado electoral y prometió formar “un gobierno que puede proveer certidumbre”.

Dijo que el Gobierno comenzará las negociaciones del Brexit con la Unión Europea conforme a lo programado, en un lapso de diez días.

“Este Gobierno guiará al país a través de las cruciales negociaciones del Brexit… y cumplirá con la voluntad del pueblo británico de sacar al Reino Unido de la Unión Europea”, dijo después de visitar el Palacio de Buckingham para informarle a la reina Isabel II que intentará formar un nuevo gobierno.

Es la primera vez desde la década de 1990 que Gran Bretaña tiene un Gobierno minoritario, en donde el partido gobernante no puede aprobar medidas en el Parlamento sin respaldo externo. May dijo que está en pláticas con el Partido Unionista Democrático (DUP por sus iniciales en inglés) — un partido socialmente conservador y a favor de Irlanda del Norte — para llegar a un acuerdo de “trabajar juntos por los intereses de todo el Reino Unido”.

 

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