La actriz estadounidense Carrie Fisher murió debido a una «apnea del sueño» y otros factores informó este viernes la oficina forense del condado de Los Ángeles, California.
Fisher, que se hizo conocida por interpretar a la princesa Leia en la saga de la Guerra de las Galaxias, murió el pasado 27 de diciembre a los 60 años de edad.
De acuerdo al certificado de defunción dado a conocer el pasado mes de enero, Fisher había muerto debido a un paro cardiorrespiratorio, pero el dictamen de la oficina forense de Los Ángeles había señalado que la causa exacta de su muerte era «desconocida».
Apnea del sueño es una condición en la que una persona deja de respirar mientras duerme, algo que puede durar algunos segundos o minutos.
Pero además del diagnóstico de apnea del sueño como causa de la muerte, la oficina del forense indicó que hubo otros factores que incidieron en su fallecimiento como una enfermedad coronaria y uso de drogas.
La manera en que murió, de acuerdo al informe forense, fue clasificada como indeterminada.
Del avión al hospital
Fisher se encontraba realizando un tour promocional de su libro «La princesa diarista» cuando sufrió un problema respiratorio del vuelo que la llevaba de Londres hacia Los Ángeles el 23 de diciembre pasado.
La actriz fue trasladada inconsciente al hospital Ronald Reagan de la Universidad de California y murió allí cuatro días después a los 60 años.
Su madre, la actriz Debbie Reynolds, murió al día siguiente.
La actriz había terminado de grabar sus escenas como la General Organa (princesa Leia) de la nueva entrega de la saga de la Guerra de las Galaxias que se estrenará este mes de diciembre.