Primera de dos partes
Santiago Sansininea Solorio.-
Que tal amigos, empezaremos a rememorar el acontecimiento más grande del futbol en Ciudad Victoria, espero les agrade y que mucha gente que no conoce esta historia la sepa y valore a mucha gente que siempre ha estado aquí y no se le ha reconocido nunca eso que nadie más ha logrado y deseo enormemente que muy pronto se repita.
Bueno, pues empezaré este relato recordando que al llegar a Correcaminos tuve la fortuna de tener grandes futbolistas como compañeros, solo por nombrar algunos estaba Raúl Paredes, Arturo Cañas, Alfredo Bernal, Adrián Incapie, Mario Leal, Ezequiel Gaytán, René Isidoro García, “Milo” Sánchez, Francisco Medrano, Francisco Esparza, los hermanos Salazar, Marco y Juan Pedro, todos ellos y muchos que escapan a mi memoria formaron parte de este Correcaminos y ayudaron a formar el grupo que unos meses después coronaria la hazaña futbolística más grande de Ciudad Victoria.
Entremos en materia, después de que el “Profe” Eugui conformara este equipo con los jugadores que el creyó lograrían el objetivo de ascender. Comenzó su labor con la gente de nuevo ingreso pues con el resto del grupo ya tenía unos meses trabajando y nosotros cada vez creíamos más en él y en nosotros mismos, convencidos total y absolutamente que estábamos en el camino correcto.
Desafortunadamente, la directiva creyó que un cambio era lo mejor para el equipo y el “Profe” Eugui salió de la institución, pero dejó un gran legado en nosotros: el saber que teníamos la capacidad y el talento necesario para lograr el objetivo soñado que era el ascenso.
Llegó Malta, y a su manera, trató de lograr los cambios que él creía darían resultado, pero los marcadores demostraron que no era lo mejor, pues en sus juegos dirigidos fuera de casa, lamentablemente se dieron marcadores de escándalo en contra, pero llegamos a casa al último partido de temporada regular con la obligación de ganar o ganar, pues resultaba que ganando por dos goles de diferencia a favor, habría Liguilla de ascenso, pero si perdíamos habría Liguilla de descenso, así de complicado era el panorama.
Se llegó la fecha, una entrada regular, el partido tenso, nosotros buscando ansiosamente el resultado a favor y se presentó un penal a favor ¿y saben quién era el cobrador oficial? (porque se habían fallado varios seguidos) “El Pollo” Tobías era quien los cobraba.
Goool del “Corre”, uno a cero a favor y la cosa pintaba bien, honestamente no recuerdo quién logró el segundo, dos a cero y estábamos en Liguilla de ascenso, pero después la tragedia… gol de Chetumal, dos a uno y había silencio en el Marte R. Gómez.
Después de dos temporadas en lo más alto de la calificación general, Correcaminos estaba a punto de jugar por la permanencia, pero llegó un penal a favor, Tobías se perfila y anota el 3-1 para entrar a la Liguilla de ascenso a pesar de una temporada sumamente irregular, en la cual fuimos treceavo lugar general y obviamente octavo lugar para la Liguilla, “el patito feo”, pero bueno, se valía soñar y lo más importante es que nosotros sabíamos de lo que éramos capaces y lo intentaríamos a pesar de muchas cosas en contra, sabíamos lo que queríamos y porqué estábamos ahí.
Días después de terminar la sufrida temporada, nos fuimos a concentrar a la Hacienda de Santa Engracia, y bueno, hicimos lo de rutina: entrenamientos, charlas, videos… transcurría todo normal, hasta la noche del jueves 26 de marzo, que de imprevisto tocaron a la puerta de la habitación que compartía con Armando “Pulpo” Pulido, y al abrir estaba el bonachón del “Profe” Jesús Trelles y me dice: “Sansi” te habla mi compadre el “Profe” Malta.
Yo realmente me sorprendí y pensé ¿ahora qué hice mal o qué onda?, pues realmente desde que llegó no se dio ningún tipo de relación para conmigo y no jugué un minuto de los juegos que él dirigió.
Fui a ver qué era lo que quería y al entrar me invitó a sentarme y así de repente me soltó lo siguiente: “¿me puedes decir cómo carajos juegan ustedes? porque yo he intentado de todo y no sé qué hacer, cada que salimos nos hemos traído golizas en contra y no quiero que esto siga así”.
Me sacó de onda honestamente, pero bueno, le expliqué cómo jugábamos con el “Profe” Eugui, la formación de visitante que había implementado en los últimos juegos que él dirigió y me daba risa pensar lo que estaba pasando, pero dije, debo intentar que esto mejore si realmente queremos ganar.
Aclaro, no sé si les preguntó a más compañeros, pero lo que realmente me sorprendió aún más fue lo siguiente: “Panchito” Cervantes estaba lesionado y yo lo había dado en la alineación titular tanto de local como de visitante y en el colmo de su… me preguntó: ¿y tú a quién crees que puedo poner en su lugar?, le mencioné a Gerardo Guerra o a Víctor Rodríguez y le di una alineación completa de local y de visitante y me dijo cuándo me retiraba: “pues vamos a jugar así a ver qué pasa” y bueno así jugamos y ya todos sabemos el resultado final y a prepararnos para viajar a la Ciudad de México, concentrarnos e ir a buscar el triunfo a Zacatepec, dirigido por el ex preparador físico del América, Pedro Nájera.
Después de la semana de concentración en Santa Engracia, se llegó el viernes y viajamos a México toda la noche para llegar al hotel de siempre, el “Premier” del buen amigo “Tino”, un español buena onda, llegamos el sábado por la mañana; desayuno, descanso y tiempo libre, el cual aprovechaba para ir a Neza a ver a mis hermanos y amigos, regresar a comer y lo de rutina: charla, revisión médica, cena y a descansar.
El domingo muy temprano salimos a Zacatepec, llegamos al “Coruco” Díaz y de nuevo la adrenalina de volver a jugar y dije: gracias Dios por esta nueva oportunidad, a disfrutarla.
Fue un partido sumamente cerrado, complicado y de muy pocas llegadas en el primer tiempo por ambos equipos, ya en el segundo tiempo Zacatepec nos presionó mucho más, pero aguantamos a pie firme transcurriendo los minutos, llegó el 89, cero a cero, casi lo lográbamos, faltaba muy poco, pero lastimosamente se presentó una jugada fortuita.
Un rebote quedó a favor del central Zeferino Luna, quien sacó un potente disparo al borde del área chica, intenté detenerla, pero fue una cañonazo, gol de Zacatepec en el 90 y ni tiempo de reaccionar, pero buena actuación de un servidor y del equipo en general, retomamos confianza y empezamos a creer que sería posible ganar a Santos el siguiente domingo.
Correcaminos jugó con Sansininea, Tobías, Garibaldi, González, Gómez, Herrera, Rodríguez, Guerra, Treviño, Vázquez (Torales) y Serratos (Romero).
Se llegó el domingo cinco de abril del año 87 y recibíamos al poderoso Santos Laguna, superlíder del torneo, la expectativa de la gente era grande, aunque la gran mayoría quizás no confiaba tanto en nosotros, pero el grupo se fortaleció con el juego en Zacatepec y trabajamos muy duro en la semana, pues venían los “Fede” Sánchez, Aguilar, Hugo León, Orlando Segura, Jaime Sánchez, ‘Choque’ Galindo, Rogelio Patiño, Carlos López… en fin, un gran equipo con una temporada espectacular.
En Correcaminos estábamos callados, pero con un gran espíritu y renovada confianza. Hubo dos cambios: Pulido por un servidor y Torales por Víctor Rodríguez. Fue un partido cerrado como eran la mayoría de Liguilla, Santos tratando de manejar el juego y el “Corre” realizando su juego buscando realizar pressing en toda la cancha con un 4-4-2.
Vendría el gol de Raúl Torales y recuerdo muy claramente el dos a cero: una jugada por la banda izquierda, desborde y lanzan un fuerte centro, llega el “Güero” Serratos la prende y señores, Correcaminos hacía la hombrada venciendo al favorito no solo del grupo, al favorito al ascenso.
Dos por cero y el sueño iniciaba, ¿Se podía creer en Correcaminos? ¡Nosotros creíamos!, sabíamos de lo que éramos capaces, pues nunca dejamos de creer y trabajar para ello pese a tantos obstáculos, primeros tres puntos a la bolsa y a iniciar la preparación, Colima estaba a la vista, equipo que un mes atrás nos había maltratado por cinco a tres.
El viernes diez de abril viajábamos de Victoria a la no menos calurosa ciudad de Colima después de una semana en la cual el equipo recuperó la confianza perdida, pues regresamos a jugar de la manera que dominábamos a la perfección porque de esa forma habíamos trabajado año y medio.
Lastimosamente hasta ese momento se logró la cohesión y gran entendimiento del equipo, pero realmente después de la derrota mínima ante Zacatepec y el gran triunfo frente al poderoso Santos Laguna, íbamos con una gran confianza y motivación por lo que sabíamos hacer y nos fuimos a Colima a seguir buscando el objetivo que nos habíamos propuesto desde el inicio de la temporada.
Llegó el domingo 12 de abril y en el vestidor todo era alegría porque habíamos sacado el resultado, lográbamos tres valiosísimos puntos en la siempre complicada cancha de Loros de Colima, donde apenas cuatro o cinco semanas atrás habíamos tenido una de nuestras peores actuaciones del torneo al golearnos cinco a tres.
No podían dar crédito ver a un equipo transformado gracias al esfuerzo, la gran entrega y disposición de todos los que participamos en dicho juego (el cual considero fue mi mejor partido ese año), pero realmente el equipo mostró empaque, categoría, disposición, sacrificio y buen futbol, Serratos al fin despertó y el goleador dormido casi todo el torneo, despertó en el mejor momento, logrando doblete para traernos la victoria merecida y ser líderes de nuestra llave con seis puntos de nueve posibles, dos visitas y un juego de local, excelente primera vuelta de Liguilla.
Recuerdo y no puedo dejar de reír, las grandes estrategias de nuestro director técnico, se acercó a mí en el vestidor y me dijo, “Sansininea vas de titular pero en la lista puse a Pulido para destantear al Jamaicón (técnico rival) y así se confiarán”.
También recuerdo una de sus frases, “Pinche Jamaicón (Villegas) ya ni chinga, mandó poner el sol a todo lo que da”… así era nuestro grandioso director técnico y efectivamente, durante la transmisión siempre dijeron que Pulido era el portero, pero quien jugó fui yo y le respondí a Malta y bueno, el sueño cada vez se hacía más real.
Domingo 19 de abril, después de dos triunfos, cuatro goles a favor y uno en contra, Correcaminos era líder de su llave. El estadio Marte R. Gómez lleno hasta las lámparas luego del triunfo en Colima pero Zacatepec venía dispuesto a sacar un buen resultado para seguir aspirando a la calificación y apretar el grupo, pero nuestro equipo estaba convencido y cada vez más fuerte y compenetrado, con Serratos y Torales ahora sí respondiendo a su título de hombres de área.
El juego fue sumamente reñido y complicado, con el “Bulin” Torales en plan goleador metiendo un par de pepinos, Zacatepec opuso gran resistencia y recuerdo que le anularon dos goles, honestamente uno muy dudoso, pero al fin de cuentas el marcador indicaba Correcaminos dos, Zacatepec cero.
Recuerdo al final del juego, se acerca Diego Malta y me dice: “Sansininea va usted a jugar ya el resto de los partidos, quiero se prepare muy bien”… y yo de tonto creyendo, pero esa es otra historia.
Correcaminos cada vez más líder, nueve puntos de 12 posibles, con dos más de seis posibles estaríamos clasificando a nuestro sueño anhelado, ¡sí señores!… CONTINUARÁ.