Alfredo Guevara.-
Cd. Victoria, Tam.- Sin contabilizar la caída en el precio y el impacto que de manera colateral causó en el comercio organizado el clima de violencia que se generó en el poblado El Barretal, municipio de Padilla, y Santa Engracia, de Hidalgo, dejó pérdidas superiores a los 200 millones de pesos, estimó Eduardo Alvarado García.
El Alcalde de Padilla explicó que si bien la ola de inseguridad imperó por espacio de un mes en esa región, 15 días de ellos entre balaceras y enfrentamientos entre grupos de delincuentes y fuerzas policiacas, finalmente se retomó el control estratégicamente con rondines, filtros y retenes de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Policía Federal y Fuerza Tamaulipas.
Añadió que si bien la presencia militar y estatal devolvió la confianza y normalizó la actividad en las básculas como en la compra-venta de naranja, mucho producto se quedó en el árbol, sobre todo cuando se generó la violencia y por lo elevado de las temperaturas el producto cayó y ya en el suelo no sirve.
“Hemos logrado retomar el control estratégicamente con rondines policiacos, con filtros en determinadas zonas de la región, además del establecimiento de retenes permanentes con elementos de la Policía Federal, otro más con Estatales y circulando los militares por las calles del pueblo para mantener la tranquilidad”, señaló.
Confirmó que al entrar el mes de julio, prácticamente representa el último periodo de venta de naranja en lo que comprende la región productora de Padilla e Hidalgo, de tal forma que “el que tiene todavía en el árbol, es porque aguantó”, refiriéndose a los hechos relacionados con la violencia.
Alvarado García recordó que la derrama económica más importante de toda esa región lo representa la producción, pesaje y comercialización de naranja, donde más de mil citricultores que viven de esa actividad tendrán una merma de hasta un 20 por ciento.
Y es que, quienes esperaban una producción de 90 toneladas rescató 70 y se le cayeron unas 20, porque durante los días que duró la incidencia violenta prácticamente no estuvieron en condiciones de ingresar a las huertas y realizar el corte del fruto y por consecuencia, no sacarla a pesaje ni comercialización en el mercado.