EL-ARISH, Egipto (AP) — Milicianos islámicos lanzaron un ataque suicida con un coche bomba seguido de un intenso tiroteo en un retén militar egipcio en la península del Sinaí que dejó 23 soldados muertos, incluido un coronel de fuerzas especiales, y al menos 33 heridos, informaron las autoridades.
El ataque relámpago comenzó cuando un coche manejado por un suicida se estrelló contra el retén de una guarnición militar en la aldea de El-Barth. A continuación, decenas de milicianos a pie abrieron fuego.
El coronel Ahmed el-Mansi, de las fuerzas especiales, fue uno de los muertos. Al menos otras 33 personas resultaron heridas.
Las fuentes hablaron bajo la condición de anonimato por no estar autorizadas a informar a la prensa.
En su página oficial de Facebook, el vocero militar Tamer el-Rifai confirmó el ataque. Añadió que el ejército frustró ataques a otros retenes y abatió a 40 milicianos.
Ningún grupo se declaró responsable del ataque en lo inmediato. Desde hace algunos años, Egipto enfrenta una insurgencia en el norte del Sinaí por parte de un grupo afiliado al Estado Islámico.
Se escuchaba las sirenas de las ambulancias que se apresuraban a llegar al lugar. Inicialmente se dijo que eran 10 los muertos pero la cifra aumentó una vez que se sacaron muertos de las ruinas de un edificio aledaño que era usado para los recesos de los soldados.
Los agresores llegaron al puesto militar, ubicado en una remota zona desértica, a bordo de 24 camionetas SUV, y dispararon contra los soldados durante una media hora, dijeron las fuentes. En la base había unos 60 soldados.
Después del ataque, los milicianos saquearon las instalaciones, llevándose armas y municiones antes de huir, añadieron los informantes. No quedaba claro si llegaron a llevarse carros blindados también.
La base del ejército más cercana queda a una hora de distancia, por lo que la pequeña comandancia no tuvo más respaldo que guerreros de la tribu local Tarabín, que tienen sus propios retenes de control.
La región donde ocurrió el ataque es considerada baluarte del grupo Estado Islámico, y fue escenario de cruentas batallas hace pocos meses entre los miembros de la tribu y los extremistas. Las fuentes dijeron a la AP que ya antes habían expresado reservas sobre la ubicación de ese puesto militar, al considerar que estaba demasiado aislado e indefenso.