PARÍS, Francia, julio 12 (AP)
El primer ministro francés Edouard Philippe develó el miércoles un plan para lidiar con la ola de migrantes que está llegando al país, pero advirtió que “no hay una varita mágica” que pueda resolver una crisis de proporciones internacionales.
El plan estipula la agilización de los procesos para otorgar asilo, la creación de más viviendas para los extranjeros y otras medidas para hacerles más fácil la vida a los que anhelan quedarse en Francia. Se está debatiendo actualmente una ley que permitiría expulsar a los que se encuentran ilegalmente en el país.
En una reunión con ministros en que mostró esta nueva táctica de incentivo y castigo, Philippe dijo que a Francia le ha faltado tanto humanidad como firmeza en el tema. No culpó del hecho a los gobiernos anteriores.
“Presento estas medidas con toda humildad, pues estoy perfectamente al tanto de que los temas que tenemos enfrente son difíciles”, declaró Philippe. “Si fueran fáciles de resolver, no me cabe la menor duda de que ya habrían sido resueltos”.
Francia ha recibido muchos menos migrantes que Italia y Alemania, pero el gobierno en ocasiones se ha visto abrumado por la llegada de los extranjeros, y se siente amenazado por la retórica antiinmigrante de la ultraderecha.
Como ejemplo de la dificultad que enfrenta, París ha evacuado un barrio 34 veces en dos años, y apenas el lunes pasado trasladó a viviendas nuevas a 2,771 migrantes. Otros cientos de refugiados han regresado al puerto de Calais desde que fue desmantelado allí un campamento improvisado en octubre pasado.
Philippe dijo que las viviendas disponibles para los extranjeros serán aumentadas en un diez por ciento en los próximos dos años, creando alojamiento para siete mil 500 personas. Pero al mismo tiempo advirtió que el gobierno será “más eficiente” al deportar a los que se encuentran en el país sin autorización.
De los 91 mil migrantes detenidos el año pasado por estar ilegalmente en Francia, 31 mil recibieron órdenes de deportación pero menos de 25 mil se fueron, dijo el primer ministro.
Pero advirtió que el proceso no será fácil y que no hay garantías de que la nueva estrategia funcione.
“No les voy a echar el cuento de la varita mágica. Todos podemos decirlo, y se ha usado antes, pero no hay varita mágica. Tenemos un tema sumamente complicado y quiero tratar de resolverlo con seriedad”, declaró.