LONDRES, Inglaterra, julio 13 (AP)
Poco más de un año después que los británicos votaron a favor de abandonar la Unión Europea, su Gobierno develó este jueves la primera ley destinada a hacer realidad ese deseo: un documento de 62 páginas que inmediatamente se topó con la resistencia de la oposición.
La Ley para la Salida de la Unión Europea convertiría unas 12 mil leyes de la UE en leyes británicas el día en que Gran Bretaña se salga del bloque, lo que se ha fijado para marzo del 2019.
De esa manera, tales leyes podrán ser mantenidas, reformadas o anuladas por el Parlamento británico, lo que cumpliría la promesa de los activistas anti-UE de “retomar el control” del país.
El Gobierno asegura que la ley es necesaria para mantener la estabilidad, pues los estatutos vigentes el día posterior al Brexit serán los mismos que los del día anterior. El ministro a cargo de la salida británica, David Davis, dijo que la legislación permitirá a Londres abandonar la UE “con la mayor certeza, continuidad y control”.
Pero la oposición teme que la ley le da al Gobierno de la primera ministra Theresa May un poder excesivo para modificar leyes sin pasar por el Parlamento, y que el Gobierno podrá flexibilizar normas ambientales o laborales que fueron adoptados por el país tras su ingreso en la UE en 1973.
El proyecto le confiere al Gobierno el poder de corregir “deficiencias” en las leyes de la UE mediante instrumentos legales que no requieren del trámite parlamentario habitual requerido para redactar o modificar leyes. Tales facultades han sido apodadas “las de Enrique VIII” debido a la afición de ese monarca de gobernar por decreto.
Andrew Blick, profesor de ciencias políticas del King’s College de Londres, dijo que asumir tales poderes “es algo sumamente sensible” y probablemente despertará gran oposición.
“Esas facultades como las de Enrique VIII se usan usado antes, pero se pueden aplicar a una amplia variedad de leyes”, dijo el académico.
Los poderes serían temporales y expirarían dos años después del Brexit. Aun así la dirigente del Partido Nacional Escocés declaró la medida “una flagrante usurpación de poderes”.
Charles Clark, consultor del bufete de abogados Linklaters, dijo que la mera cantidad de modificaciones legales necesarias — entre 800 y mil según cálculos oficiales — significa que el Brexit será “un ejercicio logístico sumamente complicado”.
“Mi inquietud es que habrá un colapso del sistema debido a la enorme cantidad de leyes que habrá que cambiar”, expresó. “Será un proceso sumamente costoso en cuanto a trabajo del parlamento, a trabajo del público e inclusive del sector empresarial”.
El Gobierno conservador, que no tiene mayoría parlamentaria, enfrentará ahora una dura batalla para que la ley sea aprobada en el Parlamento.