LOS ÁNGELES, E.U., julio 15 (Agencias)
Charlize Theron podría presumir, a sus 41 años, de estar inmersa en una de las etapas más prolíficas de su carrera, demostrando así que el paso del tiempo no ha hecho otra cosa que incrementar notablemente los proyectos cinematográficos que llegan a sus manos.
Sin embargo, la intérprete ha querido aprovechar su privilegiada posición para denunciar una vez más la discriminación sistemática que sufren las mujeres en la industria del cine.
“Creo que a lo largo de la historia hemos tenido momentos como estos, en los que las mujeres de verdad demostramos nuestro potencial y rompemos esas barreras que nos oprimen.
“El problema es que los éxitos pierden vigencia y desaparecen. O de repente haces una película que resulta más decepcionante y, de pronto, los productores ya no quieren volver a ver una película protagonizada por una mujer”, explica.
La estrella sudafricana atribuye a Hollywood, por un lado, buena parte de sus grandes momentos de realización profesional y, por el otro, aquellos que le hacen sentir “culpable” y de alguna forma cómplice de todas esas injusticias de las que ha sido testigo.
“Me avergüenzo de pertenecer a una industria que jamás ha permitido a una mujer (directora) trabajar con un presupuesto tan elevado como el que afortunadamente han otorgado ahora a Wonder Woman (dirigida por Patty Jenkins). Por eso espero que esta sea la película definitiva que consolide todos estos cambios para nosotras”, explica en la misma entrevista.
Theron ha podido extraer lecciones aún más útiles del período más “inestable” que ha vivido en su longeva trayectoria: el que transcurre desde que recibió su premio Óscar en 2003 por la célebre Monster hasta el rotundo fracaso de crítica y público que sufrió su película de acción Aeon Flux solo dos años más tarde.
“Por una parte, el Óscar me abrió muchísimas puertas, pero al mismo tiempo me resultó abrumador tanto clamor popular y tanta gente diciéndome: ‘Deberías seguir en esta línea, esto es lo tuyo’. Había mucho ruido a mi alrededor y me sentí algo inestable en los meses posteriores”, recuerda sobre la presión a la que se vio sometida para mantener el nivel de triunfos.
“En cuanto a Aeon Flux, al final lo acabamos estropeando todo porque en el fondo no supimos ejecutar bien la idea. Pero bueno, si algo he aprendido en todos estos años es que no siempre se puede acertar, y precisamente son estos errores los que me han ayudado a mejorar”, sentencia.