diciembre 12, 2024
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julio 17, 2017 | 1148 vistas

Shalma Castillo.-

Cd. Victoria, Tam.- Leyenda viviente en Ciudad Victoria y, por qué no pensarlo, de Tamaulipas y México; personaje querido y respetado por la gente.

Lugar a donde llega, lugar donde lo conocen, imposible no saludarlo…

Cruz Valadez, mejor conocido como “El Qué Pasó”, nos platica sobre su vida, a la cual ha nombrado sus “cinco amores”… (Dios, La Familia, El Qué Pasó, El Artista y El Abogado)…

Es oriundo del ejido Rosalba, municipio de Hidalgo, Tamaulipas, lugar donde vivió sus primeros años.

De familia numerosa y humilde, por la que trabaja duro desde chico para poder mantenerTamaulipaslos…

“Mi familia era muy pobre, vivíamos en dos cuartos de palma, no teníamos qué comer y a veces solo cinco granos de frijoles en caldo de agua; mi papá desgraciadamente fue un tipo que tomaba mucho y siempre era como mi hijo, yo tenía que trabajar”.

Pero quién diría que aquel niño de tan solo cinco años de edad, que recorría más de un kilómetro para vender tacos en aquel poblado de Hidalgo, iba a ser una gran historia.

Todo comienza cuando Cruz tenía 12 años… “Me fui a trabajar con una tía a la Ciudad de México, estando allá me llevan a Televisa, en donde participé en un concurso de canto y obtuve un cuarto lugar, pero en aquel entonces yo no sabía nada de televisión y después de dos meses me vine a Victoria”.

En la Capital de Tamaulipas continúa con su vida de trabajo para sacar a su familia adelante, desde vendiendo periódicos, hot-dogs, tacos y boleando zapatos…

A los 14 años se va a Matamoros para trabajar como ayudante de cocina en una barcaza de Petróleos, después de un tiempo regresa a Victoria.

En uno de sus recorridos diarios en el 17 y 18 Nuevo León, en el patio de una casa, ve un carrito para vender aguas frescas, entra a la casa y le dice a los dueños: “¿Por qué no me renta ese carrito?”, la persona le responde que era muy chico, al insistirle, finalmente se lo renta en tres pesos.

A ese carrito le pone un techito y alambritos para poner un comal… y Cruz se dice a sí mismo: “Ya tengo el carrito, ahora, ¿qué vendo?”…

Se le ocurre vender tacos, ¿pero de qué?… En ese tiempo también limpiaba los puestos del mercado Argüelles y le pregunta a un señor: “¿Qué va a hacer con esas papas, tomates y chiles que lleva ahí?”; el señor le responde: “Los voy a tirar”, y Cruz le dijo que se los regalara…

Empieza a cortar lo que servía de la papa, ahora ya tenía el carrito, anafre y la papa, pero… ¿Y el comal?

En la casa donde vive en ese entonces hay un terreno al lado… “a lo mejor Dios me encaminó hacia el terreno porque en eso que buscaba ‘el no sé qué’, me tumba una cosa que había en el suelo, me levanté enojado, y era un fierro, empecé a escarbar y para mi sorpresa, era un comal”.

Al ya tener el comal compra un poquito de carne y hace los tacos de papa con casi nada de carne.

“Salí a la calle, iba para el 15 Juárez, pasé por el 16 Anaya en la gran plaza de toros Victoria y era martes uno de mayo de 1970, había box y me quedé ahí, bajé el brasero, prendí el comal y vendí todo”.

 

EMPIEZA LA GRAN HISTORIA

Después llega al 16 y 17 Carrera Torres, donde estaba un viejecito de escasa estatura y muy amable, don Bartolo, él vendía aguas frescas, “me dijo: ‘¿A dónde vas?’, y le respondí voy a vender mis tacos; me contestó: ‘¿Por qué no te quedas aquí?, yo vendo las aguas y tú los tacos’, y ahí se hizo una historia del gran ‘Qué Pasó’”.

Cuenta que el “Qué Pasó” nace una ocasión que cerca de ese lugar estaba un tipo de pelo afro, y siempre que Cruz pasaba por ahí, le decía “qué pasó” (con un tono distinto), a Cruz le daba mucho miedo.

Pero un día a ese señor (“El Boby”), lo muerde un perro, lo arrastra y Cruz se lo quita con la escoba, lo lleva a su casa y lo cura, al día siguiente ya eran amigos.

“A la gente le empecé a decir ¿qué pasó?, después pasaban y me decían ellos a mí, ¿qué pasó?, y yo respondía ‘no sé’ (con ritmo), ahí empieza leyenda”.

 

CRUZ, EL ARTISTA

Después Cruz entra a la secundaria para trabajadores, ahí es cuando empieza a cantar, primero para los maestros, luego en festivales; “un diez de mayo le dije a la maestra me siento muy nervioso y que tocara mi pecho que latía de emoción y me dijo la maestra suba y cante, canté El Rey y desde ahí dije: Soy artista”.

Su ídolo de la música es el artista, cantante, compositor, intérprete, “el único, Juan Gabriel, como él no hay, ni habrá dos”.

Platica que con el paso del tiempo, al subirse a los escenarios la gente le aplaude, pero él siempre se hace la pregunta; “me aplauden porque soy el ‘Qué pasó’, pero no, le aplauden al artista”.

Recuerda que en una ocasión el ex gobernador Manuel Cavazos Lerma, cuando era candidato a la gubernatura, le llamó para citarlo en su casa de campaña.

“Me dijo, cuánto me cobras por cantarme en mi precampaña, campaña, cierre de campaña y toma de posesión, en ese momento se me vino Tamaulipas encima, dije, es mi momento de saber si era artista o me aplaudían por el ‘Qué pasó’, le dije no le cobro nada, pero el día que usted sea gobernador quiero trabajar para usted”.

En Victoria y fuera de la Capital donde quiera que se presenta en un escenario, la gente lo recibe bien; “me siento único, querido, amado y respetado”.

Platica que su mejor experiencia le toca vivirla en el sexenio de Eugenio Hernández, de cantante en la gestión del DIF Estatal en el programa Vive Diferente; “esa experiencia ha sido la más hermosa de mi vida” (se le quiebra la voz y con ojos llorosos).

“Ahí reflejamos mucho a Cruz Valadez, soy gente de campo, yo veía gente que no tenía qué comer y yo les daba, y me encantaba llevarles un momento de esparcimiento, de alegría” (lo dice con lágrimas en los ojos).

Aunque muchos piensan que el haber estado en TV Azteca en el programa Quién Tiene Estrella, fue lo mejor, “sí fue experiencia inolvidable, no cualquiera pisa TV Azteca, pero siempre he dicho que mi verdad la encontré en Vive Diferente”.

“Veía gente descalza, con hambre, ese es mi origen, por eso cuando me preguntan -‘por qué le das un taco a la gente’-, les digo que porque yo sé lo que es el hambre, en mi negocio tú vas a comer, sin dinero o con dinero, porque me nace, lo doy de corazón”, expresa.

Además de sus cinco amores, también está el Correcaminos, “en 1974 llegó el licenciado Enrique de la Garza Ferrer a invitarme a trabajar en Correcaminos, en aquel entonces era equipo de Tercera División, empecé a trabajar ahí y se hizo una costumbre”.

“Me dicen que soy parte de equipo, y para mí Correcaminos es una parte de mi vida muy importante, gracias a eso he sacado a mi gente adelante, he dado trabajo a más personas, es otro de mis amores”.

 

EL ABOGADO VALADEZ

La inquietud de ser abogado nace en 1980; “Yo era muy ignorante, un día llegó Mata Blanco al 17 Carrera Torres, habíamos muchos vendedores, y me dice: ‘Oiga soy el Presidente Municipal’ (y yo no sabía ni qué era un presidente municipal), le digo y yo soy el ‘Qué pasó’, ¿qué pasó?…

“Y se rió y dijo: ‘Míreme Qué pasó, no quiero que me deje basura aquí’; le dije, ‘yo limpio mis papeles, pero que cada quien recoja lo suyo’; de ahí hicimos muy buena amistad”.

“Me entró la idea de ser abogado porque en aquel tiempo había un tipo de la policía que era muy violento, empezaba con secuestros y violaciones, la noche que lo velaron yo festejé con mis amigos, porque yo tenía poca edad y él me quitaba mi venta a las dos de la mañana y qué le daba de comer a mi familia”, expresa con cierto sentimiento.

Comenta que no era tanta la inquietud de ser abogado, porque ni siquiera sabía lo que eso era… “yo decía cómo hacer para defender a la gente”.

En una ocasión la policía llega a su casa, revisan todo; su carrito de madera, le tiran y rompen sus cosas, se lo llevan y cuando iba por el libramiento, una persona por teléfono les dijo que él no era, que lo habían confundido.

“Ahí empecé a entender que debo ser abogado para defenderme y defender a gente inocente”.

“Tengo el récord; saqué a diez personas del penal mientras hacía mi servicio de prácticas, al paso del tiempo saqué a 127 gentes en cuatro años, pero no me pagaban”, menciona.

Finalmente, nos comparte que desde hace tiempo que escribe un libro, que se llama Cruz Valadez y sus cinco amores, “no sé cuándo lo voy a publicar, quizás cuando muera, porque siempre hay una historia qué contar, y no sé quién lo vaya hacer”.

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