Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Cd. Victoria, Tam.- La bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) admitió la necesidad de ampliar la legítima defensa en Tamaulipas, para darle más seguridad a las personas.
El presidente del grupo parlamentario del partido tricolor, Alejandro Etienne Llano, dijo que llegado el momento los diputados de su partido estarían dispuestos a sentarse a revisar el tema.
“Por supuesto que como bancada estaríamos dispuestos a sentarnos a revisar la legítima defensa para darle más seguridad a las personas”, detalló el también ex magistrado presidente del Poder Judicial del Estado.
No obstante, dijo, será necesario tener mucho cuidado con la decisión que se tome, porque de caer en un exceso podría con llevar otros riesgos.
Aclaró, sin embargo, que flexibilizar la portación de armas de fuego es competencia del fuero federal, por lo que el Estado no tiene forma de modificar la descripción del tipo penal para dar más posibilidades al ciudadano de que tenga un arma en su poder.
Preciso, además, que son temas totalmente diferentes, porque la legítima defensa es una causa de justificación para el justiciable y la portación de arma es un delito del orden federal.
“He leído en la prensa que hay quienes proponen permitir a los choferes del transporte público portar armas, lo cual me parece un exceso, porque conllevaría otros riesgos. Hay que tener mucho cuidado”, mencionó.
Por su parte, el legislador del Partido Acción Nacional (PAN), Glafiro Salinas Mendiola, dijo que la discusión del tema de la legítima defensa podría darse en la Diputación Permanente.
Confirmó que para el grupo parlamentario del PAN es una realidad la necesidad de debatir esa exigencia ciudadana de ampliar el alcance de la legítima defensa, para que no solo opere en el hogar sino también en los negocios.
“Hay que ver los pros y los contras, para hacer lo correcto”, detalló.
Cabe señalar que cada día se suman más voces ciudadanas reclamando reformar el artículo 32 del Código Penal para ampliar la figura de la legítima defensa como causa de justificación, cuando una persona repele una agresión inminente.