CALIFORNIA, E. U, julio, 18 (AP) — «Yo soy Valerian y ella es Laureline», Luc Besson dice con una sonrisa, señalando a su esposa y productora Virginie Besson-Silla. «Ella es la ingeniosa».
Valerian y Laureline son los personajes principales de su épica de ciencia ficción «Valerian and the City of a Thousand Planets» (“Valerian y la ciudad de los mil planetas”), que tuvo su premiere en Los Ángeles este martes. Son nombres que la mayoría del público estadounidense no conoce, aunque el cómic francés sobre dos policías intergalácticos del siglo XVIII en el que se basa, «Valérian et Laureline», ha existido por 60 años y sirvió de influencia para «Star Wars».
Besson es la figura pública exuberante que hace grandes declaraciones y aún más grandes películas, y Besson-Silla como quien orquesta las cosas a su propia manera, fuera de la luz pública.
Fueron colegas antes que nada más. Ahora tienen tres hijos, de 15, 14 y 11 años, y han descubierto que disfrutan siendo socios tanto en la vida como en el trabajo.
«No éramos estúpidos. Hay un riesgo. Nos tomamos nuestro tiempo y entonces muy conscientemente dijimos, ‘Probemos una vez a ver si funciona'», dijo Besson. «De hecho funciona diez veces mejor de lo que esperaba».
«Valerian» es de lejos la película más grande que hayan hecho, con un presupuesto estimado en 180 millones de dólares. Ambos vienen del éxito de «Lucy» y las décadas en las que el benevolente Besson se hizo un nombre con producciones complacientes como «La Femme Nikita» (“Nikita, la cara del peligro”), »The Professional» (“El profesional”) y «The Fifth Element» (“El quinto elemento”).
Dice que «Valerian» es la película de su vida.
Aunque siempre fue un seguidor de la serie, no fue sino hasta que trabajó en «The Fifth Element» (1997) con el ilustrador de «Valerian» Jean-Claude Mézières que consideró llevarla al cine.
«Él fue el que dijo, ‘¿por qué no haces Valerian?’. Yo nunca antes lo había pensado», relató Besson.
El director solo adquirió los derechos diez años después. Una visita a James Cameron en el plató de «Avatar» le hizo ver que una adaptación cinematográfica de «Valérian et Laureline» era posible, tecnológicamente hablando.
En cuanto al dinero, no está preocupado. Con las ventas internacionales el 90% de la película está cubierta, dijo.
«El riesgo es más psicológico que de dinero. El riesgo es que si fracasamos perdemos nuestra reputación», señaló Besson. «El riesgo financiero es casi cero».
«La gente confía en nosotros, ¿sabes? No queremos decepcionarlos», dijo Besson-Silla.