Francisco Ramírez y Marco Ramírez
Como muchos otros movimientos culturales, el huapango huasteco trasciende en el tiempo y por generaciones gracias a quienes con desinteresado amor, de ese del bueno, dedican parte de su vida a transmitir y compartir la emoción y el sentimiento que confieren la música y los versos con violín, quinta y jarana.
En ocasión de su cumpleaños, el 21 de julio, familiares y amigos de Daniel Ramírez Ochoa dedicarán diferentes actividades para honrar la memoria de su vida y su legado en el ámbito huasteco. De estirpe huapanguera, Daniel grabó con letras de oro su nombre en cielo huasteco con méritos propios. En la terrible coincidencia de los grandes artistas y las grandes personas, Daniel dejó este plano terrenal por repentinas e inesperadas complicaciones de salud en Mayo del año pasado.
Fungió como Vicepresidente de la Asociación Cultural del Tamoanchan A.C. y apoyó con los objetivos de promover y difundir la cultura de la región huasteca. Quienes tuvieron la oportunidad y el privilegio de convivir con él coinciden en su épica capacidad para trovar y su magistral ejecución de la quinta.
Daniel entre huapangos y huapangueros, el músico nato, ese que podía hacer música de casi cualquier instrumento con cuerdas o teclas; el compositor que le cantó al amor y al desamor, el que hizo canciones infantiles y también de vacile, el que le escribió un corrido a La Quina en ocasión de su detención en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari.
Daniel no está en el plano terrenal pero mucho de él sigue entre nosotros. De personas como él se celebra su vida y su apasionada entrega porque sus versos seguirán resonando en todos los rincones la región huasteca.
El origen y su despedida
Daniel nació el 21 de julio de 1952 en estación Carbono, Veracruz. Hijo de Epifanio Ramírez Escalante y María Eufrosina Ochoa Maya siendo el menor de la dinastía integrada por Genoveva, Esther, Melito, Everardo, Ricardo, Federico, Benito, Juanita, Guadalupe, Ma. Eugenia, Francisco y el mismo Daniel. En ese pueblo de la huasteca veracruzana transcurrió su niñez gozando siempre del cariño y de la atención de todos por ser el más pequeño.
En Carbono recibió la instrucción primaria de manos del inolvidable maestro Cirenio Cabañas Hernández. Daniel creció en un ambiente musicalmente huasteco ya que su papá Epifanio también fue huapanguero y los músicos que iban a tocar a las fiestas del rumbo llegaban invariablemente a saludar a don Epifanio y ahí armaban fandango.
Daniel siempre le guardó un profundo cariño a su terruño y en su faceta como compositor escribió la canción “Carbono” que es una manifestación de ese amor a la tierra y después se convirtiera en una especie de himno para los hermanos Ramírez Ochoa.
“Hoy que mi guitarra entono, radiante de frenesí, quiero cantarle a Carbono, la tierra donde nací…”
Con el paso del tiempo emigró al Puerto de Tampico y a luego le hizo la lucha en otros lugares como Pánuco, Reynosa y la frontera chica e incluso Houston y el Valle del Río Grande en Texas.
Sin duda una de las mejores composiciones de Daniel es la que dedicó al puente Tampico, canción que retrata con amplitud y precisión el orgullo de ser mexicano y huasteco.
“Yo me siento muy galante, pues todo el mundo te estima,
eres el más importante de la América latina…”
Querer hablar de la vida de Daniel en un breve espacio es muy difícil por el gran legado que dejó a su paso atestiguado y atesorado por la familia que formó con su esposa Rosario Guajardo y sus hijos Daniel y Matías además de Daniel Ramírez Bonilla, hijo de su primer matrimonio.
En las fiestas familiares siempre conminaba a sus hermanos y demás familia y cantando les decía: “Hay que querernos en vida… ya muertos ni para qué”. Palabras muy sabias que debemos reflexionar y llevar a cabo su mensaje.
Daniel fue un hombre bueno que cumplió con sus padres, su esposa, sus hijos, sus hermanos y sus amigos. Se distinguió por su don como trovador del huapango huasteco y como canta-autor de canciones y corridos que interpretaba con sinigual sentimiento.
Hace poco más de un año Dios lo llamó a su presencia y todos los que convivimos con él lo recordamos con mucho cariño esperando que en su descanso eterno, Dios Nuestro Señor lo tenga con él.
Descanse en paz, Daniel Ramírez Ochoa.