marzo 28, 2024
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julio 20, 2017 | 121 vistas

Rebeca Maldonado.-

Si muchas veces te has preguntado por qué es tan difícil bajar de peso a pesar de seguir una dieta estricta y además hacer ejercicio con regularidad, pues tal vez esto se deba a tu olfato. Sí, por más extraño que esto parezca, un estudio de la Universidad de Berkeley, reveló que oler los alimentos también engorda.

Tristemente para muchos, este sentido también es responsable de que sea más difícil estar en el peso deseado para aquellos que anhelan una figura de ensueño.

La investigación que los especialistas realizaron dependió de una prueba con ratones, de los cuales seleccionaron varios para crear tres grupos (uno normal, otro cuyo sentido del olfato fue brevemente inhabilitado y, por último, un tercer grupo con gran olfato), después se dispusieron a someter a los roedores a una dieta alta en grasa, los que contaban con una capacidad olfativa disminuida se mantuvieron siempre en su peso, mientras que los demás ganaban peso sin importar que comieran las mismas cantidades de alimento.

¡Claro! Todo esto tiene una explicación. Según los expertos, cuando olemos la comida, se envía una señal al cerebro que indica ‘la hora del almuerzo’, por lo que nuestro sistema se pone en modo ahorro de energía, es decir, el metabolismo ha sido estimulado para conservar las reservas calóricas que almacena nuestro cuerpo, en vez de quemarlas.

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