Pablo Hernández Contreras
CIUDAD MANTE, Tam.- El Comercio ambulante ha crecido sin control en la ciudad, a tal grado que las calles parecen zona peatonal debido a que la gente tiene que bajarse de la banqueta para poder circular.
En distintos rumbos, en plena zona centro, se pueden apreciar las banquetas invadidas de todo tipo de oferentes, desde los que venden bolsas, cintos, chamarras, mercancías diversas en electrónica, dulces y hasta botánica.
Los que mayormente se han extendido y que además fomentan un comercio que no va en crecimiento, son los puestos de antojitos, desde tacos hasta tortas y auténticos restaurantes que le venden platillos diversos.
El trabajo que debería estar mejor regulado por el uso de la vía pública, es tan importante como el resto de todos los que deben mantenerse con la debida reglamentación, porque no se pueden tomar desde la banqueta y hasta la calle, no por el aspecto estético de la ciudad, sino por la funcionalidad que esta deja de prestar.
Sin limitarse a una banca o una o dos mesas, los mercaderes toman de lado a lado de esta vía que peligra por no tener las debidas medidas de seguridad y sin duda podría provocar un accidente, incluso a los mismos comensales.