Rebeca Maldonado.-
Mireya Moreno Castillo decidió terminar con su vida y la vida de su hijo de apenas cuatro meses cuando los médicos le confirmaron una enfermedad que le daba pocas posibilidades de sobrevivir al niño.
En Chihuahua, fueron encontrados los cuerpos de Mireya de 34 años y Edwin Omar Pérez Moreno, en unos maizales de la comunidad de La Cruz.
De acuerdo a las investigaciones entre testigos y familiares, los doctores habían revelado que el bebé tenía una enfermedad llamada Kernicterus, un padecimiento con un índice de mortandad de dos de cada tres bebés que sufren de este mal.
Cuando Mireya, supo que su niño estaba sufriendo de intensos dolores y que además tal vez no sobreviviera, tomó la decisión de acabar con su mal y además dejar este mundo ella también. Así que, la mujer escapó del Centro de Salud de Ciudad Cuauhtémoc con su hijo en brazos.
El 9 de julio fue cuando Mireya salió del hospital, dejando una carta en la que explicaba el por qué se había ido y además dando señales del plan que tenía en mente pues decía en la misma que “ya no podía más”.
Ese día, la familia de Mireya dio aviso a las autoridades para iniciar con la búsqueda de ella y del bebé Edwin Omar. Algunos testigos se comunicaron para decir que habían visto a la mujer en la central camionera, información que ayudó a seguir su rastro.
Desafortunadamente, encontraron a la madre y al niño, pero sin vida y debido a su estado de descomposición se dice que tal vez fallecieron el mismo día que Mireya desapareció del hospital.
La familia comenta que Mireya presentaba una fuerte depresión ocasionada por el estado de salud del bebé.
Por su parte, las autoridades han declarado que la mujer se suicidó con pastillas y que ese fue el mismo método que utilizo antes para acabar con la vida Edwin Omar.
