diciembre 14, 2024
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agosto 2, 2017 | 139 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 1 (Notimex)

Las dependencias del Gabinete de Seguridad no han escatimado ningún esfuerzo en el combate al crimen organizado, sostuvo el titular de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de Gobernación (Segob), Monte Alejandro Rubido García.

“El Ejército Mexicano y el resto de las dependencias del Gabinete de Seguridad del Gobierno de la República no han escatimado ningún esfuerzo para combatir a la delincuencia organizada, pero hay que asumir que es una tarea que no resulta sencilla y no resulta sencilla por la letalidad que han alcanzado los grupos delincuenciales”, anotó.

En la ceremonia de destrucción de armas celebrada en el Campo Militar Número 1-F, el funcionario recordó que el tráfico de armas se encuentra entre las tres primeras fuentes de ingreso de los grupos delincuenciales.

Comentó que las armas llegan a México por las fronteras sur, por la laxitud que existe en algunos países respecto del manejo, adquisición y posesión de las mismas; y por la norte, por la legalidad que existe en la vecina nación para adquirirlas.

“No es un dato menor que en los cuatro estados de la Unión Americana que hacen frontera con el país se encuentra un tercio del total de armerías que existen” en esa nación, subrayó.

Rubido García celebró que el Ejército, la Marina y la Policía Federal, en esa lucha cotidiana en busca de la seguridad, aseguren y procedan a la destrucción de armas que han sido arrebatadas a la delincuencia, o bien entregadas por la ciudadanía.

Mencionó que se destruirán armas largas, que la delincuencia organizada utiliza para cometer delitos como tráfico de drogas, de personas, robo de combustible, enfrentar a las fuerzas federales o para ajustar cuentas; así como cortas, usadas para cometer delitos como asalto, secuestro, extorsión por intimidación y homicidio.

El funcionario apuntó que otro problema con estas armas son los accidentes, que pueden suceder en el hogar, pues muchas veces en las casas tienen pistolas con la lógica de que con ello se protege a la familia; sin embargo, siempre constituyen un riesgo latente, con la posibilidad de que algún menor pueda jalar el gatillo.

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