México, 4 Ago (Notimex).- Aun cuando es posible pronosticar la presencia de un fenómeno hidrometeorológico capaz de generar una inundación, la falta de planeación y de ordenamiento urbano han alterado el entorno y, con ello, se generan condiciones para que surjan con frecuencia anegaciones más severas.
Para poder determinar si las lluvias o los ciclones tropicales causarán daños, se llevan a cabo acciones de monitoreo y estudio de su evolución, lo que permite informar de manera oportuna a las autoridades de Protección Civil y a la población para que tomen las medidas preventivas u operativas más adecuadas.
Las inundaciones son uno de los fenómenos naturales más comunes en el país, prácticamente todos los años se producen por el desbordamiento de los ríos, debido al exceso de lluvia, que pueden causar daños severos.
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), estos fenómenos pueden surgir en la temporada de lluvias a partir de mayo y terminan en noviembre o en la época de invierno de diciembre a marzo.
En invierno, los estados más susceptibles son los ubicados en la zona noroeste del país, sin embargo también afectan la vertiente del Golfo de México y la Península de Yucatán.
El organismo detalla en su “Agenda de Riesgos”, que de junio a octubre la presencia de ciclones tropicales hace más factible que ocurran inundaciones; mientras que en diciembre, enero y febrero, los sistemas invernales pueden generar que los niveles de agua provoquen afectaciones.
Estos fenómenos se presentan cada año, pero las causas que las generan son: las actividades humanas y la urbanización de las ciudades provoca que el suelo se cubra con una capa impermeable de concreto o asfalto, lo que no permite que el agua de la lluvia penetre en el suelo. Además, la basura que se tira en la calle, tapa las alcantarillas y ocasiona que su capacidad no sea suficiente para conducir grandes volúmenes de agua.
Cuando se talan los árboles para sembrar, destruimos la cobertura vegetal del suelo. Al llover, el líquido arrastra la tierra hacia las partes bajas, tapando el drenaje y azolvando los ríos y las presas, lo que favorece las inundaciones, así como la erosión del suelo por lo que esta acción del hombre es doblemente negativa.
Otra causa es cuando se construyen viviendas cerca de los ríos y barrancas, porque al llover mucho el río crece y ante un desbordamiento puede destruirlas.
El exceso de lluvia también provoca inundaciones, pues de mayo a noviembre es época de ciclones tropicales, por lo que ocurren fuertes precipitaciones, que pueden inundar grandes áreas. También de diciembre a marzo, suceden, debido a masas de aire frío, conocidos como frentes fríos.
Las fallas de obras hidráulicas, se da cuando se rompe una presa, dique o bordo, el agua almacenada sale rápidamente y pueda causar graves daños a poblaciones ubicadas en las zonas bajas o aguas abajo.
Tipos de inundación
Las clasificaciones más comunes se deben a su origen o a al tiempo en que tardan en presentarse sus efectos. Ante ello, las inundaciones se catalogan como:
Pluviales: son consecuencia de la precipitación, se presentan cuando el terreno se ha saturado y el agua de lluvia excedente comienza a acumularse, pudiendo permanecer horas o días, hasta que se evapore y el terreno recupere su capacidad de infiltración.
La precipitación pluvial se mide en milímetros y en intensidad. El tiempo de duración es muy importante, pues no es lo mismo que lluevan 50 mm en 24 horas, que esos 50 mm se registre en dos horas.
Fluviales: se generan cuando el agua que se desborda de los ríos queda sobre la superficie de terreno cercano a ellos.
Costeras: se presentan debido a los vientos intensos de un ciclón, en forma de marea o tormenta y permite que éste penetre tierra adentro en las zonas costeras, generando el cubrimiento de grandes extensiones de terreno.
Las inundaciones relacionadas con la falla de infraestructura hidráulica. Si la capacidad de las obras destinadas para protección es insuficiente, la inundación provocada por al falle de dicha infraestructura será mayor que si no existieras esas obras.
Las causas pueden ser de diseño escaso, mala operación en obras de excedencia y/o compuertas, falta de mantenimiento o término de la vida útil de la obra.
Las obras hidráulicas deben estar diseñadas para operar ante niveles ordinarios y extraordinarios del agua que contienen. Sin embargo, algunas veces es necesario desfogar o abrir en forma controlada algunas compuertas para evitar un riesgo mayor.
No obstante, por el tiempo de respuesta hidrológica de la cuenca se definen dos grupos:
Inundaciones súbitas: son el resultado de lluvias repentinas e intensas que ocurren en áreas específicas que pueden ocasionar que pequeñas corrientes se transformen, en cuestión de minutos, en violentos torrente capaces de causan grandes daños, se asocian a terrenos con gran pendiente.
Inundaciones lentas: al ocurrir una precipitación capaz de saturar un terreno relativamente plano, esto es, cuando el suelo no puede seguir absorbiendo más agua de lluvia, el volumen remanente escurre por los ríos y arroyos o sobre el terreno.
Conforme el escurrimiento avanza hacia la salida de la cuenca, se incrementa de manera proporcional con el área drenada, si el volumen que fluye por el cauce excede la capacidad de éste, se presentan desbordamientos sobre sus márgenes y el agua desalojada puede permanecer horas o días sobre el terreno inundado.
La temporada de lluvias trae consigo grandes beneficios tanto para la agricultura como para los lugares que padecen sequías, pero a pesar de las ventajas que tienen los ríos, el hombre ha alterado las características de éstos, convirtiéndolos en una amenaza .
Afectaciones
Una inundación ocasiona, principalmente, pérdida de vidas humanas, daño a la vivienda e infraestructura expuesta y vulnerable; desarrollo de virus y bacterias que provocan infecciones y enfermedades; pérdida de cosechas, ganado, y el patrimonio de la población expuesta y vulnerable.
También ocasiona desabasto y contaminación de alimentos y agua; los servicios básicos como luz, agua, gas y de vías de comunicación como cominos y puentes.
Ante ello, se recomienda no construir viviendas en zonas que se inundan constantemente y atender los usos de suelo permitidos, limpiar periódicamente los materiales que puedan bloquear la corriente de los ríos, elaborar un plan familiar de protección civil ante inundaciones y realizar simulacros.