Alfredo Guevara.-
Cd. Victoria, Tam.- Las unidades de investigación y los jueces de control de una u otra forma no han reducido su carga de trabajo, sobre todo en delitos que tienen que ver con el abandono de obligaciones alimenticias, como resultado de que las partes siguen recurriendo al Ministerio Público a interponer sus denuncias.
Es decir, recurren al sistema tradicional, donde todavía existe una importante cantidad de averiguaciones previas sin resolver, en lugar de hacer uso de los medios del Nuevo Sistema de Justicia Penal, Acusatorio y Oral, estableció Rosario Garza Hinojosa, directora del Instituto de la Defensoría Pública.
Al arribar a sus oficinas, ubicadas en la Torre Bicentenario, la funcionaria pública expuso que de acuerdo a las estadísticas que se tiene en este año, delitos como el de abandono de obligaciones alimenticias lo siguen utilizando con mayor frecuencia a través del Ministerio Público, “porque ha sido parte de una cultura de la gente”, adujo.
El abandono de obligaciones es un delito que procede a petición de parte, desde luego que nos duele que un padre de familia no cumpla con ese deber, pero desafortunadamente atiborran las unidades de investigación y los jueces, pudiendo haber llegado a un acuerdo las dos partes, consideró.
El propósito fundamental del nuevo sistema de justicia es que no se saturen esas dos instancias, si no se va a tener el mismo problema que se tiene en el tradicional, donde todavía existen muchas averiguaciones previas sin resolver, adujo.
A ciencia cierta desconoció el número de casos de ese tipo (abandono de obligaciones alimenticias), aunque consideró que es muy frecuente, derivado de padres de familia que no están en condiciones de responder al compromiso contraído con su pareja, entre algunos de ellos por la falta de empleo.
Apuntó que el nuevo sistema de justicia contempla ese tipo de delito, pero a la vez mecanismos de conciliación con los que se puede llegar a un acuerdo, aunque la mayor parte de las partes involucradas sigue recurriendo al Ministerio Público para hacerlo del conocimiento, como parte de una cultura arraigada.