LONDRES, Inglaterra, agosto 10 (AP)
El Reino Unido condenó a 18 personas por abusar sexualmente de mujeres y niñas de tan sólo 15 años, se informó este jueves. Los crímenes siguieron un patrón que se ha vuelto familiar en los últimos años: con un volátil nexo entre crimen, raza y religión.
Una mujer y 17 hombres admitieron cargos de abuso sexual, proveer drogas e incitar a la prostitución en una serie de juicios que concluyeron esta semana en una corte de Newcastle, en el noreste de Inglaterra.
La mayoría de hombres acusados tiene orígenes musulmanes en el sur de Asia. Sus víctimas, en su mayoría mujeres blancas, fueron drogadas y alcoholizadas antes de ser violadas en fiestas, taxis o en baños.
El procesamiento de bandas de pederastia en las ciudades de Rochdale, Rotherham, Oxford y en Newcastle generó cuestionamientos incómodos.
Sarah Champion, una abogada de Rochdale, dijo este jueves que los casos de abuso sexual no habían sido abordados “porque la gente teme que la llamen racista o porque teme estar equivocada al denunciar algún abuso infantil”.
El ex fiscal Nazir Afzal, quien llevó a juicio a una banda en Rochdale, explica que hay una participación desproporcionada de hombres paquistaníes.
Considera que entre los factores que influyen en esa situación se encuentran las actitudes sexistas hacia la mujer y otro “bagaje cultural”, así como el gran número de hombres del sur de Asia que tienen empleos nocturnos.
Para la experta en explotación sexual infantil Helen Beckett, de la Universidad de Bedforshire, opina que al enfocarse en un grupo étnico se corre el riesgo de no ver otros patrones de abuso.
Recordó que “sabemos la explotación sexual infantil toma muchas formas diferentes”.
Desde que el caso de Rochdale sacudió al Reino Unido en 2012, la policía y parlamentarios trabajan arduamente para perseguir y enjuiciar a las bandas de pederastas, pero algunas tácticas policiales han generado críticas.
Un grupo dedicado a la protección infantil expresó alarma ante la decisión de la policía de Newcastle para pagar a un condenado por abuso sexual para que actuara como informante.
Pagarle a un pedófilo “puede parecer repugnante”, pero su información ha sido crucial para condenar a la banda, dijo Steve Ashman, jefe de la policía de Northumbria.