Rebeca Maldonado.-
“Hasta que la muerte los separe”, o tal vez no, eso fue lo que sucedió en Escobedo, Coahuila, donde una mujer de avanzada edad, se aferró al cuerpo inerte de su esposo por tres días. De no haber sido por los vecinos que notaron un olor nauseabundo, tal vez la mujer habría alcanzado a su marido en el más allá.
Doña María y Don Ricardo era una pareja que jamás tuvo hijos, vivieron juntos trabajando en la crianza de chivos, pero al envejecer, Doña María presentó problemas mentales, por lo que Don Ricardo se encargaba de sus necesidades todo el tiempo, en su casita construida en adobe.
Familiares de la pareja les ofrecieron en repetidas ocasiones encargarse de ellos por su avanzada edad, pero los ancianitos siempre decidían quedarse juntos en su casa.
A pesar de que la condición de la señora, les apartó un poco de la convivencia con los vecinos, la pareja era conocida por su barrio, por lo que cuando no los vieron salir de su casa en varios días, se alarmaron y se dispusieron a investigar si algo había ocurrido.
Los vecinos, encontraron a Doña María aferrada al cadáver de su esposo, por lo que llamaron a las autoridades para que se hicieran cargo.
Lo que sucedió fue que el señor Ricardo sufrió un infarto que le arrebató la vida, pero su esposa, en su condición no supo qué hacer y entró en una crisis en la que no se separó de Don Ramón desde el momento de su fallecimiento.
“La encontramos muy débil, casi desvaneciéndose porque tenía desde el domingo que no comía, era su esposo el que la atendía, y al morir, ella se quedó a su lado”, indicó una familiar.
Elementos de Servicios Periciales que acudieron a hacer el levantamiento del cuerpo, pero la mujer gritaba y trataba de impedir que la apartaran de él, pues ella aseguraba que su esposo seguía con vida.