México, 24 Ago (Notimex).- La luz podría convertirse en la medicina del futuro debido a que sus aplicaciones biomédicas contra enfermedades neurológicas y celulares son amplias, por lo que resulta factible aplicarla en la rehabilitación de oído, vista, corazón, piel y riñón, aseveró el doctor Víctor Hugo Hernández González.
Además de que tiene aplicaciones en el tratamiento de cáncer, mal de Parkinson, Alzheimer, parálisis, ansiedad, insomnio y epilepsia, entre otras enfermedades.
La optogenética es la técnica que “despierta” o “apaga” grupos de neuronas del cerebro y combina la genética, la óptica y la virología, a fin de estudiar y tratar padecimientos, mereciendo el título de Técnica de año en 2010 por la revista Nature, especificó.
El especialista explicó que el procedimiento consiste en inyectar en las neuronas seleccionadas un virus benigno que contiene proteínas fotorreceptoras denominadas opsinas, cuya información genética proviene de algas fotosensibles, con lo que las células neutrales se vuelven sensibles a la luz.
En el Segundo Simposio de la División de Ciencias Naturales e Ingeniería, celebrado en la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó que las proteínas actúan como interruptores que las excitan o inhiben, encienden o apagan las neuronas en función de los destellos de luz enviados mediante nanocables de fibra óptica para lograr un comportamiento deseado.
En la conferencia “El uso de la luz para estudiar al cerebro: la optogenética”, el director del Departamento de Ingenierías, Química, Electrónica y Bioquímica de la División de Ciencias e Ingenierías de la Universidad de Guanajuato expuso que la experimentación se lleva a cabo sólo en animales y las limitaciones para el estudio en humanos son de índole tecnológica y bioética.
Para su aplicación se requiere de la tecnología led o de fibra óptica de un tamaño nanométrico y flexible con capacidad de canales luminosos mucho más amplios y que permitan llevar luz en forma eficiente al sitio focalizado del cuerpo para que ésta reactive la función perdida.
Hernández González experimenta en la aplicación de la optogenética en el sentido del oído, en la aplicación de la luz dirigida a individuos con sordera, padecimiento frecuente debido al ruido excesivo en las ciudades y el volumen alto de audífonos.
El método tradicional para recuperar la capacidad auditiva de las personas con resultados aceptables para desarrollar una vida normal son los implantes cocleares que estimulan el oído por medio de electricidad, pero con un nivel de audición limitado.
Los pacientes no disfrutan de la música, no distinguen tonos, no perciben la prosodia, el sentido de las palabras o de las entonaciones, por lo que no pueden aprender idiomas, además de que no escuchan en ambientes con demasiado ruido.
Por tanto, indicó, el empleo de la luz posibilitaría trabajar en forma específica con estímulos enfocados, introduciendo una proteína sensible a la luz en el nervio auditivo, cuyo destello sería captado por el cerebro como si fuera un sonido, como sucede la respuesta al sonido de manera natural, por lo tanto se tendría una recuperación auditiva más eficiente.