PHOENIX, Arizona, E. U., agosto 23 (AP)
El presidente Donald Trump inició su mitin en Phoenix asegurando que “nuestro movimiento es de amor”, pero dedicó gran parte de su alocución a una furibunda diatriba contra los medios de comunicación, los inmigrantes y sus adversarios políticos.
Acusó a la prensa de haber orquestado el oprobio generalizado que causó su reacción a la violencia racista de la semana pasada en Virginia, y aseguró que “yo me pronuncié abiertamente a favor de la reconciliación, la unidad y el amor” después de la tragedia.
Leyó los textos de respuestas suyas a los sucesos en Charlottesville, incluyendo el que leyó el día en que una mujer fue arrollada por un supremacista blanco que embistió su vehículo contra los que protestaban contra el racismo, pero se abstuvo de mencionar la frase que tantas críticas le valió: cuando dijo que “muchos factores” influyeron en lo sucedido.
Esa frase, junto a la que dijo días después de que “ambos bandos” tenían la culpa por el hecho, llevó tanto a demócratas como republicanos a denunciar a Trump por negarse a denunciar enfáticamente a los supremacistas blancos, neonazis y grupos afines que estuvieron involucrados en la violencia.
Este miércoles, los sucesos de Charlottesville seguían en la mente del presidente, tal como lo demuestra su cuenta de Twitter: “Anoche en Phoenix leí de mis declaraciones sobre lo ocurrido en Charlottesville que las Empresas de Noticias Falsas se negaron a decir, y la gente allí me entendió”, tuiteó.
El mandatario nuevamente intentó hablar de unidad este miércoles a la noche en un evento con veteranos de guerra en Reno, Nevada. Según extractos de su discurso divulgados anticipadamente a la prensa, dirá que ellos son ejemplo de “el valor, coraje y amor que nuestro país necesita para superar nuestros retos”.
“Es hora de sanar las heridas que nos han dividido, y buscar una renovada unidad basada en los valores comunes que nos unen”, expresó Trump.
Pero el martes a la noche, su discurso no fue en absoluto conciliatorio. Se desvió del texto preparado varias veces para verter su rencor contra “las emisoras de noticias falsas” que, según él, son parte de una conspiración en su contra. El mismo Presidente admitió que sus asesores le rogaron atenerse al mensaje conciliatorio, pero que no podía hacerlo.
Insinuó que se inclina a favor de indultar al sheriff Joe Arpaio, procesado en Arizona por desacato a órdenes judiciales para que cese su patrullajes contra inmigrantes. Tras arengar a la multitud con el tema de Arpaio, aseguró que no quería crear “controversia” hablando de indultos, pero añadió: “Les vaticino esto: creo que Arpaio al final va a estar perfectamente bien”.
Se mofó de los dos senadores republicanos que tiene Arizona, insistiendo en que su negativa a mencionarlos por nombre lo hace “muy presidencial”. Reveló que sus asesores le habían pedido “‘Por favor, por favor, señor presidente, no mencione a nadie por su nombre’, así que no lo voy hacer”, pero hizo claras referencias al senador John McCain, a quien culpó por el fracaso del partido de derogar la reforma del sistema de salud, y al senador Jeff Flake, a quien acusó de ser “débil” en los temas de vigilancia policial y combate a la inmigración ilegal.