Descifrar cómo se activa el impulso incontrolable y contagioso del bostezo puede ayudar a curar enfermedades relacionadas con tics nerviosos, como el síndrome de Tourette o la epilepsia. Así lo indica un reciente descubrimiento de un grupo de científicos de la Universidad de Notthingham, en Reino Unido.
Estos científicos descubrieron que el acto involuntario del bostezo se activa por reflejos primitivos en la corteza motora primaria del cerebro, que se ocupa de los movimientos del cuerpo.
El contagio que todos hemos experimentado cuando vemos a alguien bostezar es una forma de lo que se conoce como ecofenómeno: la imitación automática de las palabras (ecolalia) y las acciones (ecopraxia) de otra persona.
Este fenómeno no es exclusivo de los humanos y se puede ver en otros animales, como los chimpancés o los perros.
Aprender a controlar los ecofenómenos es lo que puede ayudar a curar condiciones clínicas que tengan relación con el incremento de la excitabilidad de la corteza motora o, por el contrario, en la disminución de la inhibición fisiológica o contracción de músculos.
Algunas de estas enfermedades en las que están presentes los ecofenómenos son la epilepsia, la demencia, el autismo y el síndrome de Tourette, caracterizado por tics físicos y vocales.
El Comercio – Perú / GDA