SANTO DOMINGO, República Dominicana, septiembre 7 (AP)
Rescatistas franceses, británicos y holandeses acudieron el jueves al socorro de varias islas del Caribe donde el huracán “Irma” dejó al menos siete muertos y miles de personas sin techo, en un rumbo que presagia una catástrofe para Florida.
Una franja de Florida, que incluye buena parte del área metropolitana de Miami, con seis millones de habitantes, quedó en estado de vigilancia, y los meteorólogos dijeron que “Irma” podría azotar toda la costa atlántica del estado antes de avanzar hacia Georgia y Carolina del Sur.
Las autoridades decretaron la evacuación obligatoria de partes de Miami y los Cayos de la Florida, a medida que se acercaba la tormenta de categoría cinco con vientos de 281 kilómetros (175 millas) por hora.
En las primeras horas de la tarde “Irma” se encontraba al norte de República Dominicana, donde las autoridades reportaron algunas inundaciones y la evacuación de varios miles de turistas y residentes, aunque sin víctimas fatales ni daños graves.
El cielo sobre la capital haitiana de Puerto Príncipe estaba despejado. Alrededor de un millón de personas estaban sin electricidad en Puerto Rico, rozado por la tormenta, pero en lo inmediato no se informó de víctimas.
Distinto fue el caso de las primeras islas alcanzadas por la tormenta, con escenas terribles de destrucción.
El primer ministro francés, Edouard Philippe, dijo que se confirmó la muerte de cuatro personas y heridas a otras 50 en la isla de San Martín, dividida entre Francia y Holanda. Las autoridades dijeron que esas cifras podían aumentar a medida que se evaluaban los daños.
Se reportaron tres muertes más, en la isla británica de Anguilla, en la independiente Barbuda y en el lado holandés de la isla San Martín.
“Esta podría ser fácilmente la tormenta más cara en la historia de Estados Unidos, lo que es decir mucho considerando lo que acaba de pasar hace dos semanas”, comentó Brian McNoldy, investigador de huracanes en la Universidad de Miami.
El ministro del Interior francés, Gerard Collomb, dijo que se enviaron cien mil raciones de comida a las islas, el equivalente a cuatro días de suministros.
“Es una tragedia, tendremos que reconstruir las dos islas”, dijo. “La mayoría de las escuelas han quedado destruidas”.
Fotos y video de San Martín en las redes sociales mostraron grandes daños en el aeropuerto de Philipsburg e inundaciones en la ciudad costera de Maigrot. En San Bartolomé, “Irma” arrancó techos y provocó un apagón.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, dijo que la tormenta “causó destrucción en gran escala de infraestructura, viviendas y negocios”.
“No hay electricidad, gasolina ni agua corriente. Las casas están bajo el agua, autos flotan en las calles, los habitantes están en la oscuridad, en viviendas arruinadas y aislados del mundo exterior”, añadió.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que viajaría a las islas tan pronto como lo permitan las condiciones climáticas.
“Irma” dejó a oscuras buena parte de Puerto Rico y azotó el territorio estadounidense con vendavales y aguaceros sin llegar a tocar tierra, antes de poner rumbo este jueves de madrugada hacia República Dominicana y Haití.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, dijo este jueves en conferencia de prensa que 6.200 personas se encontraban en albergues y que 70 por ciento de la población en la isla se quedó sin servicio eléctrico. Indicó que 42 por ciento de los hospitales están operando con generadores.
“Estamos en la fase de reconstrucción”, agregó.
Más al este las autoridades tenían problemas para llevar ayuda a las pequeñas islas caribeñas devastadas el miércoles por los vientos récord de 298 kilómetros (185 millas) por hora, mientras que la gente en Florida se apresuraba a prepararse para un posible golpe frontal en la zona de Miami.
Las comunicaciones eran difíciles en las zonas golpeadas por Irma y la información sobre los daños salía a cuentagotas.
Casi todos los edificios de Barbuda sufrieron daños cuando el ojo del huracán pasó casi por encima de la isla el miércoles por la mañana y en torno del 60 por ciento de sus aproximadamente mil 400 habitantes se quedaron sin hogar, dijo a The Associated Press el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne.
“Es una situación realmente horrenda”, dijo Browne tras regresar a Antigua de un viaje en avión a la isla vecina.
Las carreteras y sistemas de telecomunicaciones habían quedado destrozados, señaló, y la recuperación llevará meses o años. Un niño de dos años murió cuando una familia intentaba escapar de una casa dañada durante la tormenta, añadió.
En St. Thomas, en las Islas Vírgenes estadounidenses, Laura Strickling pasó 12 horas refugiada con su marido y su hija de un año en un sótano protegido con tablones, sin electricidad, mientras la tormenta rugía en el exterior. Salieron para encontrar la frondosa isla hecha trizas. Muchas de las viviendas de sus vecinos estaban dañadas y buena parte de la antes densa vegetación había desaparecido.
“No hay hojas. Es una locura. Una de las cosas que nos encantaba de St. Thomas era que había mucho verde. Y ha desaparecido”, dijo Strickling. “Esta comunidad tardará años en volver a levantarse”.