Astana, 10 Sep (Notimex).- Líderes de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) instaron hoy a poner fin de inmediato a la violencia brutal contra los musulmanes de la etnia Rohingya en Myanmar, que ha provocado la huida de más de 300 mil personas al vecino Bangladesh.
En una reunión de emergencia, al margen de la primera Cumbre de la OCI sobre Ciencia y Tecnología, celebrada este domingo en la capital kazaja, dirigentes de la Organización subrayaron la importancia de tomar medidas rápidas para poner fin a la violencia en Myanmar, según un reporte de la agencia informativa Kazinform.
“Expresamos nuestra preocupación sobre el reciente conflicto en Myanmar, hacemos un llamado a todas las partes a detener inmediatamente la violencia y entablar un diálogo dentro de la ONU (Naciones Unidas)», subrayó el presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, anfitrión de la cumbre en Astana.
La violencia se recrudeció el 25 de agosto pasado, tras una serie de ataques del Ejército de Salvación Rohingya del estado Arakan (ARSA), una organización musulmana, que lucha contra la represión del Estado birmano, contra decenas de estaciones de policía y bases militares.
En respuesta, el Ejército lanzó una «operación limpieza» contra los rebeldes, que ha provocado la muerte de cientos de musulmanes Rohingya, minoritarios en Myanmar, incluyendo decenas de mujeres y niños, y la huida de cientos de miles más.
Nazarbayev, presidente en turno de la OCI, que agrupa a 57 Estados de confesión islámica, destacó que la comunidad de creyentes del islam (ummah, en árabe) se enfrenta a graves desafíos. “En primer lugar, la propagación de extremistas y terroristas dentro de los países musulmanes», indicó.
En segundo lugar, agregó, la extensión de la islamofobia. “En los países occidentales, los actos delictivos contra los musulmanes están aumentando cada año. Y en tercer lugar, la desunión del mundo islámico, que con más de 1.5 billones de personas, está divida, fragmentada entre las diferentes confesiones musulmanas”, indicó.
El presidente Nazarbayev clamó por erradicar esas divisiones en el mundo islámico y pidió la cooperación de todos los países musulmanes para enviar ayuda humanitaria a los rohingyas en Myanmar (antes Birmania), principalmente a los refugiados.
Otros líderes de la OCI presentes en la cumbre de Astana, como el presidente de Irán, Hassan Rouhani, también expresaron su profunda preocupación por los crímenes y violencia contra los musulmanes rohingyas y se pronunciaron a favor de la unidad y cooperación entre los países musulmanes.
«Todos debemos alcanzar el consenso de que el mundo musulmán es una parte fundamental y eficaz del sistema global, y su capacidad, el progreso y la estabilidad llevan estabilidad, progreso y capacidad global», dijo el mandatario iraní.
Desde el comienzo de la nueva ola de violencia ha habido numerosos informes de ejecuciones sumarias, violaciones y otros abusos contra los musulmanes de Myanmar de parte del Ejército principalmente en el estado de Rakhine.
Sin embargo, la lideresa de Myanmar y Premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi, aseguró que no hay tal abuso contra los rohingyas y que se trata de una campaña de desinformación, ya que no existe ninguna represión contra esa etnia, minoría en el país insular.
En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Bangladesh, A.H. Mahmood Ali, afirmó este domingo en Daca que el genocidio contra los rohingyas en Rakhine ha provocado el éxodo de casi 300 mil personas a su país.
Durante una reunión con diplomáticos occidentales y árabes, así como con representantes de agencias humanitarias de la ONU en Bangladesh para buscar apoyo a los rohingyas desplazados, el canciller destacó que el número total de refugiados rohingyas en Bangladesh supera ya los 700 mil, con la llegada de unos 300 mil en las últimas semanas.
«Esto crea un enorme desafío para Bangladesh en términos de proveer refugio, así como asistencia humanitaria», destacó el ministro, tras expresar su preocupación sobre la situación sobre las familias que siguen aún atrapadas en Myanmar.