diciembre 12, 2024
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septiembre 16, 2017 | 831 vistas

Diego López Bernal.- 

Treinta de enero. En la provincia china de Ningbó un hombre murió después de saltar la barda de un zoológico y ser atacado por un tigre; la mala idea del señor Zhang fue evitar pagar su boleto de entrada.

Treinta de mayo. Un error de operación le costó la vida a Rosa, pues el tigre al cual cuidaba desde hacía varios años entró a donde se encontraba y la mató, en el zoológico del condado de Cambridgeshire, al sur de Inglaterra,.

Veinte de marzo. La leona está en posición de atacar al pasar el camión de visitantes en el Bioparque Estrella. El video muestra finalmente a la felina lanzarse y caer en el foso que la separaba del área del paseo, ese al que cientos de victorenses habrán acudido en alguna ocasión.

La prensa internacional y las redes sociales han dado cuenta de estos incidentes en algunos zoológicos en lo que va del año, siendo el más cercano a esta Capital, a poco más de 200 kilómetros, en Montemorelos, Nuevo León.

¿Podría suceder algo así en el Zoológico de Tamatán? El Diario de Ciudad Victoria se dio a la tarea de conocer de primera mano todas y cada una de las medidas de seguridad del parque fundado en 1945 y que es un referente turístico de nuestra Capital.

La seguridad de los visitantes y de los 96 trabajadores vale la pena para internarse en las entrañas mismas del zoológico, junto a osos y leones, solo por citar a los ejemplares de más alto riesgo que alberga el inmueble de la calzada Luis Caballero.

DE ALTO RIESGO

Conocer en su interior el zoológico no fue tarea sencilla pues desde el primer contacto con la titular del Departamento de Comercialización, Noellia Torres, hasta la entrevista con el director, Vicente Mongrell, tuvieron que pasar poco más de una semana. Sin embargo, valió la pena la espera.

 

El médico veterinario zootecnista, con vasta experiencia en zoológicos como el Gladys Porter, de Brownsville y el de Dallas, no guardó información alguna y rápidamente comenzó a proveerla a este reportero. Partiendo de la base de tener 13 años en el puesto, el experto en conservación de fauna nos narró esta apasionante labor.

¿Qué pasa si uno de los ejemplares de alto riesgo logra escapar de su área? De inmediato se activa el Código Rojo. Por medio de 34 radios los trabajadores están en comunicación inmediata y al activar esta fase de emergencia todos se ponen en alerta.

Lo primero, agrupar a empleados y/o visitantes en puntos de encuentro seguro, que están distribuidos en las poco más de cinco hectáreas. Oficinas administrativas y salones de exposiciones son los más fáciles de detectar, todos serán llevados ahí por el personal de emergencia.

Mientras tanto, la Brigada de Captura deberá de tener ya dispuestos rifles y pistolas con dardos sedantes para actuar, siendo dirigidos por el responsable de monitorear el sistema de videovigilancia, además de notificar a las autoridades correspondientes, pues el zoológico tiene convenios con Seguridad Pública del Estado y Protección Civil para actuar de manera expedita.

Una vez detectado el animal que haya logrado evadir los cordones de seguridad de su hábitat se procede a su captura con el uso de diversas herramientas, siendo las armas de fuego la última opción, que en este supuesto tendría que emplear un agente policiaco, solamente autorizado por el veterinario que está al frente de la brigada.

El sacrificio es lo que nadie desea pero si la vida de cualquier ser humano está en riesgo no se dudará en llegar a este extremo, el cual jamás ha sido necesario emplear en los tiempos modernos, pues en los 13 años de estar al frente de Tamatán, el director Mongrell no tiene registro de incidente alguno.

ANÉCDOTA

El Zoológico de Tamatán fue inaugurado en 1945 y desde entonces no tiene registros de escape de un ejemplar de alto riesgo, llámese león, jaguar, puma u oso, por citar algunos de ellos, si acaso la memoria de su Director da como referencia un hecho curioso.

Más que nada se trata de una anécdota. Antes de su remodelación total, la cual se concluyó en el 2003, se dio una fuga de un jaguar, el cual fue detectado en unas cabellerizas del viejo zoológico por un elemento policiaco, quien sin experiencia alguna disparó y mató al felino. En aquellos tiempos del siglo pasado los protocolos de seguridad no eran los ideales, hay que recordarlo.

Fuera de ello, Tamatán se ha caracterizado por ser un lugar completamente seguro, al grado de llevar al menos 13 años (tiempo en el que ha estado al frente del médico Mongrell) sin incidentes que lamentar, tanto para los empleados, que arriesgan su vida, como para los visitantes.

HÁBITAT SEGURO

Todos y cada uno de los 630 ejemplares tienen un hábitat seguro de acuerdo a sus características. Los de alto riesgo cuentan con un espacio amplio para estar durante el día en las zonas de exhibición y con casas de noche, en donde pernoctan sin excepción. Por ejemplo, el rey de la selva tiene su lugar justo en la esquina norponiente del zoológico. Ahí son resguardados.

Al recorrer la casa de noche de los osos pudimos constatar todas y cada una de las medidas de seguridad para evitar una evasión o una agresión hacia los empleados. Rejas y muros son imponentes.

Asimismo, las puertas son manipuladas con seguros que evitan su apertura accidental. Mientras tanto, los osos son turnados para poder salir al área de exhibición y regresar a estas auténticas fortalezas en las que son resguardados.

Mientras tanto, en el lugar en el que los visitantes del zoológico pueden observarlos existe una fosa de más de tres metros de alto y dos cercas electrificadas que evitan cualquier incidente de riesgo.

Las cercas emiten una descarga eléctrica intermitente de entre siete mil y 14 mil voltios, suficientes para que un animal del tamaño de un oso no intente acercarse a ella de nuevo en caso de recibir una. ¿Y si se va la luz?, es una de las dudas naturales de los visitantes y de este reportero.

Las cercas cuentan con baterías de seis horas de duración aproximada, tiempo suficiente para resguardar a todos los ejemplares en caso de que un apagón se prolongue por más tiempo, como lo señala el médico Mongrell.

Así, las posibilidades de un escape y de una agresión son realmente mínimas con los grandes animales que viven en el tradicional zoológico de Ciudad Victoria, sin embargo, no todo es tamaño en cuanto a peligro y miedo se refiere. ¿Ha pensado usted qué pasaría si un reptil o un arácnido dejara su hábitat seguro?

La respuesta es rápida por la facilidad que implica. En Tamatán no hay un solo animal venenoso, aún así, la farmacia cuenta con todos los insumos necesarios para dar atención médica rápida, a través de la Brigada de Primeros Auxilios, la cual recibe capacitación constante.

‘TEORÍA DEL SALTO’

¿Entonces, cómo estar seguros de que no podría suceder algo como en China, como se ejemplificó al inicio del reportaje? Saltar la barda perimetral sería algo extremadamente riesgoso, pero también existen medidas para actuar en el remoto caso de que así fuera.

En este supuesto de que alguna persona decidiera colocar una escalera para cruzar la barda perimetral en la calzada de Tamatán, al hacerlo caería de una altura de más de cinco metros en el hábitat de las jirafas, ejemplares considerados de bajo riesgo, o en… el de los leones.

Sí algún osado se atreviera a hacerlo, caería en el foso perimetral y lo separaría la cerca eléctrica del león o leona en exhibición, lo que le daría tiempo suficiente al personal del zoológico para ir en su auxilio, explicó el Director de Tamatán un tanto incrédulo por “la teoría del salto”.

SEGURIDAD Y CONFIANZA

Antes de terminar la amplia entrevista en la que el médico Mongrell dedicó cerca de dos horas a este medio de comunicación, el experto llamó a la población a acudir siempre de manera confiada, pues estarán en uno de los parques certificados por la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México.

Solamente Chapultepec, en la Ciudad de México; Parque Loro, en Puebla; Africam Zafari, en Valsequillo, Puebla; y el Criadero Yupdendii, en el Estado de México, junto a Tamatán, han sido certificados por la Azcarm, asociación que tiene como objetivo “mejorar la operación de las instituciones que la conforman en el cumplimiento de sus objetivos relacionados con la investigación, educación ambiental y la conservación de la vida silvestre”.

DE TAMAULIPAS, EL CONSENTIDO

El Zoológico de Tamatán recibió en 2016 más de 188 mil visitantes, lo que es un logro significativo tomando en cuenta la población de Ciudad Victoria, además de  no ser una urbe con alto potencial turístico, como la Ciudad de México o Guadalajara, por citar algunas.

Un rápido cálculo en este sentido consigna que Chapultepec recibe un promedio de 20 por ciento de visitantes mientras que Tamatán superó el 50, tomando en cuenta que un porcentaje considerado como “estable” estaría entre el 20 y 25 por ciento.

De esta manera, el Zoológico de Tamatán puede dejar en claro a la población que se trata de un espacio seguro para el esparcimiento y el aprendizaje de esa otra labor que tiene: educar para cuidar los ecosistemas, incluida la fauna… Por más riesgosa que esta sea.

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