CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 18 (Notimex)
El ex boxeador mexicano Julio César Chávez dijo que en su juventud anheló convertirse en el campeón del mundo, y aunque con el tiempo lo logró, fueron los vicios y las malas amistades quienes lo llevaron al infierno.
“Yo soñaba con ser el campeón del mundo, con sacar adelante a mi familia, con hacerle la casa a mi madre; soñaba con tener yates, carros y millones de dólares. Y cuando todo lo tuve, nada me llenó, me sentía vacío y solo.
“Entonces, busqué las cosas más tontas y estúpidas: el alcohol y la droga. ¿A dónde me llevó eso?, me llevó a un infierno, me llevó a un precipicio sin fondo”, platicó Julio César Chávez.
Ésta y otras revelaciones son las que hizo el ídolo para la serie de televisión “El César” que, inspirada en su vida personal y profesional, se estrenó este lunes18 de septiembre a través de Space, con la actuación estelar de Armando Hernández.
El astro del boxeo, considerado uno de los mejores a nivel mundial, admitió que no fue fácil aceptar la propuesta de abrir su corazón y narrar los claroscuros de su vida, pero aceptó a petición de su familia.
“No estaba muy contento de que se ventilara toda mi vida, pero pensándolo bien y viéndolo por el lado positivo, acepté porque quiero que esto quede en vida para mis hijos, para mis seres que vienen creciendo”, explicó.
Sin embargo, el llamado “El César del boxeo” confesó que también le pone triste recordar los episodios en su existencia, sobre todo aquellos de los que se avergüenza.
“Son sentimientos encontrados porque voy a vivir momentos que no me van a gustar, que ya pasé en mi vida y en los que hice mucho daño, sobre todo a mis seres queridos. A mi esposa la maltraté, la humillé, la ofendí y la lastimé, mientras que mis hijos veían mal a su padre”.
Incluso, Julio César Chávez fue más allá al revelar que en ocasiones estuvo punto de quitarse la vida a causa de la depresión.
“Yo mismo me hacía daño porque fueron muchos años de adicción. Caí en el hospital y estuve a punto de morirme, vomitando sangre. Pero aún así, no quería recuperarme”.
El ex boxeador, que sumó 90 peleas invicto, consideró que exponer estos acontecimientos serán de ayuda para alguien que quizá se encuentre en la misma situación por la que él pasó.
“He pasado por momentos muy dolorosos, pero la vida así es y uno tiene que seguir. Gracias a Dios me siento tranquilo conmigo mismo porque ahora me dedico a tratar de ayudar y salvar las vidas que más se puedan a través de las clínicas de rehabilitación que tengo”.
El propósito, dijo, es que quienes se internan en ellas se alejen de las drogas y el alcohol. “Les digo que eso les lleva solamente a tres cosas: cárceles, hospitales y la muerte”.