diciembre 13, 2024
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Hallan haitianos ‘sueño mexicano’

septiembre 20, 2017 | 120 vistas

TIJUANA, México, septiembre 19 (AP)

José Luis Millán encontró un nuevo grupo de empleados estrella para un lujoso autolavado de Tijuana, al que acuden clientes desde el otro lado de la frontera con Estados Unidos y donde se pagan hasta 950 dólares para lavar sus preciadas posesiones durante horas. Nunca llegan tarde, trabajan rápido y van en su día libre para aprender cosas nuevas, cualidades que dice deberían ser un ejemplo para sus compañeros mexicanos.

Sus empleados están entre los varios miles de haitianos que llegaron a la esquina noroeste de México con la esperanza de cruzar la frontera, pero Estados Unidos les cerró las puertas de forma abrupta el año pasado. El Gobierno mexicano los acogió, con un programa de visados que facilita que cubran las vacantes en la floreciente economía de Tijuana.

En un país con uno por ciento de población negra, la comunidad haitiana destaca en la ciudad. Comparten modestos alojamientos para enviar gran parte de sus salarios a sus familias en Haití. Cobran menos de lo que ganarían en Estados Unidos, pero lo suficiente para renunciar al riesgo de deportación que les supondría vivir allí.

Dos nuevos restaurantes haitianos del centro de la ciudad sirven platos con mango y plátano machacado. Decenas de niños haitianos estudian en las escuelas públicas. Las fábricas que exportan a Estados Unidos contratan a haitianos, que pueden ser vistos también sirviendo mesas y rezando en congregaciones que ofrecen servicios en criollo.

“Este es el sueño mexicano para muchos de ellos, es una sensación de pertenencia”, dijo Millán. “México les ha dado una oportunidad. México se ha abierto y les deja conseguir sus sueños”.

Millán vivió en la zona de Los Ángeles durante dos décadas hasta año pasado, cuando tuvo que regresar por emplear a decenas de personas sin permisos de trabajo en su empresa de planificación de fiestas. Busca paralelismos entre la situación de los haitianos y la de los mexicanos en Estados Unidos. Su grupo es un ejemplo. Algunos clientes piden sus servicios.

Los haitianos, explica, “pelean duro, pelean fuerte y no paran”.

Los inmigrantes haitianos tuvieron que dar varios rodeos para llegar desde empobrecida nación caribeña a Tijuana, una ciudad de unos dos millones de habitantes que limita con San Diego y que tiene importantes comunidades de migrantes chinos y coreanos.

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