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septiembre 21, 2017 | 139 vistas

José del Carmen Perales Rodríguez.-

Cd. Victoria, Tam.- La utilización de maíz transgénico para elaborar productos de consumo humano se ha dado de forma cotidiana, no solo en ese grano sino en otros como la soya además del algodón, sin embargo es más el estigma con que se ha etiquetado a estas semillas que la seguridad de que causan daño a la salud, consideró el académico Othón Javier González Gaona.

El doctor en parasitología agrícola agregó que quienes se expresan negativamente de este tipo de granos, pocas veces explican cuál es la modificación real que se hizo a la semilla y por qué se realizó, así como que su preocupación es que granos nativos sean polinizados por transgénicos.

«El consumo de alimentos elaborados con productos agrícolas transgénicos se da en todo el mundo, incluso algunos de quienes opinan en contra de estos cultivos pueden estar vistiendo prendas elaboradas con algodón transgénico sin saberlo», comentó.

González Gaona, quien es catedrático en el Instituto Tecnológico de Ciudad Victoria (ITCV), explicó que los transgénicos son materiales contenidos en algunas especies vegetales que han sido genéticamente modificadas y cultivadas desde hace varios años.

«El bacillus thuringiensis es un micoinsecticida le fue extraído un gen que le fue implantado a los genes de ciertos granos o semillas, con el único fin de que la planta produjera las toxinas que después mataran a los que se llegaran a comer a la planta», expuso.

 

GLIFOSATO MATA LA PLANTA

Por otra parte y con respecto a la presunta presencia del herbicida glifosato en el maíz, González Gaona comentó que no es posible que esta sustancia que se ha usado desde hace décadas para el control de malezas, haya entrado a la planta por absorción porque sus raíces lo rechazan y si no lo hacen se secan.

«Desde mi punto de vista lo más probable es que el grano se haya contaminado en donde fue almacenado. Este herbicida no puede entrar en la planta porque la secaría, para eso fue creado y se ha utilizado. Lo más seguro es que la contaminación haya sido externa del grano o incluso de las tortillas», concluyó.

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