México, 24 Sep (Notimex).- Tres sismos de más de seis grados de magnitud sorprendieron a los mexicanos entre el 7 y el 23 de septiembre; uno de ellos ocurrió el 19, el mismo día en que otro temblor de 8.1 grados en 1985 despertó la cultura de la prevención y la solidaridad en el país.
El martes 19 de septiembre, sólo dos horas después de que los mexicanos realizaran un simulacro con motivo del 32 aniversario del terremoto que cimbró la capital mexicana, el miedo volvió a las calles cuando a las 13:14 horas un sismo de magnitud 7.1 sacudió nuevamente la Ciudad de México.
“Otra vez un 19 de septiembre”, fue el comentario generalizado entre la gente que en ese momento buscaba comunicarse con sus familiares y amigos y que encontró en las redes sociales, en especial en WhatsApp, la mejor forma de decirles que estaban bien, tras la caída de los servicios telefónicos en muchas colonias.
Pero fue ese simulacro el que permitió que la mayoría de los trabajadores que estaban en sus oficinas, hospitales, centros comerciales o bien los estudiantes en las escuelas, estuvieran alertas y el pánico no fuera mayor, a pesar del fuerte movimiento telúrico.
Y es que, a diferencia del primer sismo del 7 de septiembre, la alerta sísmica se activó cuando ya había comenzado el temblor, por lo que no le dio tiempo a la gente de salir a las calles y los sorprendió en sus actividades cotidianas.
Ninguna alerta sísmica funciona para sismos tan cercanos, explica la jefa del Servicio Sismológico Nacional, Xyoli Pérez Campos, al recordar que el sismo del 19 de septiembre tuvo su epicentro en Morelos, entidad que no tiene una actividad sísmica tan alta como Chiapas o Oaxaca, donde se produjo el sismo del 7 de septiembre que dejó más de cien muertos en el sur del país.
Pero desde el terremoto del 19 de septiembre de 1985 que provocó más de 10 mil muertos, no había ocurrido un temblor de una magnitud tal que dejara un solo fallecimiento en la capital mexicana.
Y en ese periodo, sólo hubo cinco temblores mayores de seis grados. Por lo pronto, todo apunta a que el del 19 de septiembre fue una “casualidad”, que haya ocurrido ese día y en la Ciudad de México”, afirmó Pérez Campos.
Tampoco hay relación entre los sismos del 7 y el 19 de septiembre, aunque se sigue estudiando si en algún punto coinciden.
«Hasta ahora, los análisis preliminares de los casos estudiados parecen indicar que no hubo relación aunque se está trabajando, pero en principio por la distancia de más de 600 kilómetros entre los epicentros y que hayan pasado 12 días del primer evento, hacen poco probable que haya relación», detalló.
El movimiento telúrico del 7 de septiembre fue de mayor intensidad que el del 19 de septiembre (8.2 grados) pero estuvo más alejado de la Ciudad de México, en los estados sureños de Oaxaca y Chiapas, aunque provocó más de cien muertos en esa región y graves destrozos materiales.
En la capital del país, la alerta sísmica se activó pasada la medianoche y permitió a los capitalinos estar alertas al movimiento telúrico que se sintió segundos después, y que fue considerado el de mayor magnitud de los últimos cien años en México.
Sólo en 1932 se había registrado un sismo de magnitud 8.2 en las costas de Jalisco, por los que muchos capitalinos incluso no durmieron esa noche, sorprendidos de la intensidad del temblor, pero que en la Ciudad de México no causó daños.
En un mensaje a medios de comunicación esa madrugada, el presidente Enrique Peña Nieto informó que el movimiento tuvo más fuerza que el del 85, aunque la diferencia fue la distancia.
“Este sismo se presentó en las costas de Chiapas, aproximadamente a 700 kilómetros del centro del país, de la capital, el de 1985 ocurrió a 400 kilómetros de distancia, con epicentro en las costas de Jalisco y Michoacán”, explicó el mandatario.
Pero el sismo del 19 de septiembre pasado -que provocó más de 307 muertos en seis entidades- ocurrió en el vecino estado de Morelos, dentro de la llamada Megalópolis del Valle de México.
Otra casualidad fue que el 6 de septiembre hubo una falsa alerta sísmica que causó el primer susto a los capitalinos y el recuerdo de 1985 volvió a la mente de muchos, que nunca imaginaron que días después se harían realidad aquellas escenas de edificios derrumbados y elementos del Ejército, Marina y voluntarios, rescatando a la gente atrapada.
Y es que si bien al igual que en 1985 coincidió la afectación en varias colonias: Condesa, Roma, Guerrero, Álamos, Del Valle, ubicadas en la parte centro de la capital, ahora zonas como Xochimilco, Villa Coapa, Calzada de Tlalpan, Portales, Tláhuac e Iztapalapa, así como Lindavista, figuraron el mapa de los daños, debido al epicentro que ocurrió en Morelos.
Y muchos edificios –más de 80- en esas zonas registraron algún tipo de daño, desde vidrios rotos hasta el desplome de varios pisos.
En 1985, las colonias más afectadas fueron Roma Norte, Narvarte, Centro, Condesa, Cuauhtémoc, Juárez, Obrera, Roma Sur, Doctores, Guerrero, Tabacalera, Tránsito, Tlatelolco, Morelos, Álamos, Del Valle, San Rafael, entre otras.
La jefa del SSN, Xyoli Pérez Campos, mencionó que a la fecha se han registrado cuatro mil 287 réplicas del terremoto de magnitud 8.2, del día 7 del presente mes.
Explicó que el epicentro del temblor del sábado se localizó en la misma falla geológica que el sismo mayor de hace doce días, y después del ocurrido el sábado, le han seguido seis más de menor magnitud.
La alarma sísmica funcionó porque seguramente los detectores de este instrumento consideraron que sería perceptible en la Ciudad de México, indicó la experta.
Así, la historia se repitió y en menos de 17 días, los mexicanos fueron sorprendidos por varios temblores, pero que los han tomado también con una mayor conciencia cívica, cultura de la prevención, preparación, pero sobre todo, una gran solidaridad como país.