diciembre 15, 2024
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octubre 2, 2017 | 502 vistas

Shalma Castillo.-

Cd. Victoria, Tam.- Son cuatro décadas de trabajo diario, constante y permanente.

Desde aquel 1944 cuando Luis Chío llegó desde Cantón, provincia de China.

De la mano de su esposa Juanita Arias, nativa de la colonia Guadalupe Mainero en esta Capital, deciden dar vida al famoso Café Cantón.

La carta entonces solo ofrecía algunos productos básicos. Por supuesto, también café y bísquets.

Luego de 73 años de haber abierto sus puertas en el Ocho Mutualismo, y ocupado diversas direcciones en la Capital estatal, ahora están atendiendo a su clientela en la calle Nueve, entre Juárez e Hidalgo.

Extrovertido y accesible, de fácil habilidad para relacionarse, Enrique Chío Urbina, relata el pasado, se recrea con el presente y suspira por el futuro de esta empresa netamente familiar.

El orgullo le florece al recordar pasajes de estas siete décadas de trabajo y de servicio, una historia de éxito que reverdece cada día.

Cada cliente es un nuevo compromiso al que hay que atender a toda hora del día. Hay que llevarle el periódico, que en los inicios, no entendían, era el diario del bisabuelo y estaba escrito en chino, según nos cuenta.

Los rasgos en su rostro se resisten a abandonar el origen de aquel país, los genes de sus antepasados siguen estando presentes en su ADN, lo mismo que el interés de seguir manteniendo esta empresa sólida, pujante y en crecimiento.

Y aunque el aspecto físico de la fachada de este negocio tenga letras y símbolos chinos, pareciera que se trata de un restaurante de comida asiática, sin embargo los platillos son de los más mexicanos.

“Siempre ha sido comida regional mexicana, el nombre del negocio es por origen de mi abuelo, aunque en un momento en la familia sí tuvimos un restaurante de comida china, ahí si vendíamos ese tipo de alimentos”, platica Enrique Chío.

Aunque también comparte que su abuelo Luis Chío, además era panadero, y de ahí la tradición de los famosos bísquets.

”Hacía muy ricos los bísquets horneados en leña y los comenzamos a vender en el negocio que tuvieron un gran éxito”.

Pero también el café Cantón es famoso por sus “orejas de elefante”, que son unas enormes milanesas, así como las tampiqueñas y caldo de res, claro sin dejar a un lado el café acompañado de sus bisquetes.

Los clientes principales en este lugar, son foráneos, de otras ciudades o estados, pero también tienen clientela de la capital.

Como ya son tantos años de mantener el restaurante, siempre han tratado de ir modernizándose, para dar competencia a los nuevos negocios.

“Tratamos de sobrevivir ya que con la actual situación económica es más difícil, pero aquí estamos dando la batalla para seguir conservando un negocio de cuatro generaciones”.

Platica el “Cantón”, ha dado frutos para dar estudio y mantener a cerca de 20 familias; “este negocio es muy noble, pero sacrificado porque hay que estar todo el día, todo el año pero lo hacemos con gusto”.

Desde muy pequeño que es parte del patrimonio familiar, que recuerda algunas con risa algunas experiencias…

“Mi padre le pedía los periódicos para ponerlos en las mesas, y una ocasión mi abuelo de bromista le presta el periódico a cliente y cuando el cliente llega a su mesa se pone a leerlo, pero resulta que era un periódico chino de mi abuelo, y pues cuándo le iba a entender”.

También dice que de la infinidad de clientes que han tenido, pareciera que en el café hay un zoológico de gente, por los curiosos apodos que tienen, “que el caballo, el perro, la mosca, la chinche, la pulga y otros sobrenombres que se dicen”.

Dentro de la clientela, cuentan con diferentes peñas de amigos, como los de las 7:00 am, los abogados, los maestros jubilados, los amigos de la iglesia del Refugio, la de los evangélicos, entre otros, quienes nunca fallan a este café.

El fundador del Cantón, les enseñó a ser solidarios y dar un taco al más necesitado.

“Una ocasión un profesor, dirigente educativo, me confió que cuando era un adolescente vino a Victoria a presentar examen a la Normal de Tamatán y llegó a la plaza Hidalgo, solo con el pasaje de regreso y mi abuelo al verle, le preguntó si ya había desayunado y le invito café y pan, pues se notaba el hambre, ahí admiré más a mi abuelo, las personas todavía recuerdan su don de gente a pesar de los años”.

Orgulloso, cuenta que El Cantón ha sido solicitado para participar como locaciones en películas regionales.

“El negocio ha participado en dos películas; una de Carmen Quiroga que se llama ‘Alas Rotas’ y la otra que fue hace como dos años de Dante Silva, ‘Por lo que Queda’”.

En todos estos años, este conocido restaurante también ha sido visitado por grandes famosos como lo son Capulina, Pedro Huelves Chatanuga, Carlos Riquelme, en el mundo del deporte el entrenador Julio Hernández, futbolistas, boxeadores…

Y también los políticos, como el ex gobernador Eugenio Hernández Flores, el alcalde de Victoria Oscar Almaraz, Gustavo Cárdenas, entre muchos otros.

Dice que la difícil situación económica, son las épocas malas para el comercio, más la inseguridad, han provocado que las ventas bajen, pero no les queda más que seguirle echando ganas y no dejar caer el negocio.

Con orgullo, presume que en el 2013 recibieron el premio de “Empresario del Año”, el cual fue otorgado por el ex gobernador seguido Torre y la presidenta de la Cámara del Comercio de aquel entonces.

“El reconocimiento se debe a que somos una empresa de cuatro generaciones durante más de siete décadas, siendo fuente de empleo de más de 20 familias”.

La primera generación y fundador fue Luis Chío Flores, la segunda generación; Luis, Arturo, Antonio, Mercedes, Margarita, Chío Arias y Bertha Urbina.

Tercera generación, Gloria, Germán, Juan Carlos, Luisa, Enrique, Mónica, Chío Urbina.

La cuarta generación Alma, Germán Arturo, Chío de la Fuente.

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