LAS VEGAS (AP) — El autor de la masacre de Las Vegas era callado, pero enojadizo. Stephen Paddock siempre tenía un puro a la mano, aunque no fumaba, pero notaba rápidamente quiénes lo hacían. Entonces Paddock, un visitante habitual de casinos, encendía su puro y soplaba el humo hacia esos fumadores que le molestaban.
«Él era el rey de la micro agresión», dijo su hermano, Eric.
Investigadores y familiares siguen tratando de entender qué empujó a Paddock a lanzar la mayor masacre en la historia moderna de Estados Unidos.
La semana pasada, Paddock regresó a la zona conocida como The Strip _la popular franja de casinos y entretenimiento de Las Vegas_ donde pasó horas jugando video póker y miró a juerguistas, pero esta vez lo hizo desde una suite en el piso 32 de un hotel. Entonces tomó un martillo para destrozar un par de ventanas y abrió fuego con su arsenal cuidadosamente preparado. Mató a 58 asistentes a un concierto al aire libre e hirió a otros 500, antes de suicidarse.
Los investigadores y aquellos que conocían al pistolero de 64 años dicen que no pueden imaginarse qué lo llevó a la masacre ni pudieron señalar algo que pudiera haberle hecho perder los estribos, pero los detalles que han emergido hasta ahora son claves, al menos, sobre su estado mental.
La mayoría de los asesinos masivos son jóvenes, pero Paddock _un exagente del Servicio Interno de Impuestos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (IRS por sus siglas en inglés) e hijo de un notorio asaltante de bancos_ fue producto de décadas de experiencia y reflexión.
Paddock era el mayor de cuatro hermanos. Cuando tenía 7 años, su padre, Benjamin Hoskins Paddock, trató de atropellar a un agente del FBI durante una persecución en Las Vegas. Luego de que el padre fue capturado y acusado de una serie de robos de bancos en Phoenix, los agentes federales allanaron la casa de la familia en Tucson, Arizona. Un vecino se llevó a Stephen a nadar mientras los agentes buscaban evidencia.
Benjamin Paddock fue sentenciado a 20 años de prisión, pero escapó y pasó una década prófugo. «Él al parecer tiene tendencias suicidas y debe ser considerado armado y peligroso», advirtió el FBI entonces.
La madre de Paddock se mudó con sus hijos a California, donde trabajó como secretaria y crio a los niños por su cuenta.
En la Escuela Secundaria Politécnica John H. Francis, Paddock era un muchacho inteligente, peor mostraba «irreverencia hacia la autoridad», dijo Richard Alarcón, un excompañero de clases que más adelante fue concejal de Los Ángeles.
Para un concurso en la escuela, Paddock y otros estudiantes recibieron la asignación de diseñar puentes sin usar pegamento.
El puente de Paddock «era como un ladrillo, de tanto pegamento que le puso», dijo Alarcón. «No le importaba… Era como que quería construir el mejor puente posible, sin importar las reglas».
Paddock se graduó de administración de negocios en la Universidad Estatal de California en Northridge en 1977. Luego pasó una década trabajando para el gobierno federal, incluso seis años como agente del IRS. Se casó y se divorció dos veces y seguía con buenas relaciones con sus dos exesposas, dicen sus familiares. Dejó el gobierno para trabajar como contratista de defensa.
Aproximadamente en esa época comenzó a invertir en bienes raíces. Eric Paddock dice que eso y sus ganancias en el juego lo hicieron multimillonario.
En el Casino Atlantis, en Reno, Paddock conoció a Marilou Danley, una azafata de casino de 2010 a 2013 y se hicieron novios. En una declaración dada a conocer por su abogado, Danley dijo que Paddock la envió a Filipinas una semana antes de la masacre y lo describió como «un hombre gentil, atento, callado… Yo esperaba un futuro sereno con él».
Danley dijo que Paddock le envió 100.000 dólares y que le pidió comprar una casa para su familia en Filipinas.
Pero varios empleados en un casino Starbucks que frecuentaba la pareja dicen que Paddock a menudo reprendía a Danley en público. Otros que vieron a Paddock en meses recientes lo describieron como alguien desalentado.
Cuando Paddock fue a un concesionario de autos en Reno este verano, le dijo al vendedor Scott Armstrong que estaba deprimido y que tenía problemas en sus relaciones sentimentales.
«¿Cuándo fue la última vez que alguien te dijo que su vida era miserable? Es algo que se te queda en la mente», dijo Armstrong.
Aun así, los investigadores dicen que no han encontrado nada que explique qué lo llevó a cometer una masacre de tal magnitud. No tenía un historial delictivo y los investigadores no han revelado ninguna evidencia de que tuviese problemas financieros ni de otro tipo.
Paddock podía sentarse durante horas delante de las máquinas de video póker, a menudo haciendo apuestas de 100 dólares o más, raramente hablando con otra persona, pero siempre al tanto de lo que le rodeaba, dijo John Weinreich, un exanfitrión ejecutivo de casino en Atlantis.
Dijo que Paddock tenía la costumbre de mirar fijamente a otras personas, como si las estuviera retando. «Era su manera de ser, como si dijera ‘Aquí estoy. No me provoques. No me mires mucho’», dijo Weinreich.
Eric Paddock dice que su hermano era generoso con los privilegios que le daban los casinos. Recordó una ocasión en un viaje a Las Vegas en el que Stephen pidió para ambos una cena de sushi que debió costar unos 1.000 dólares, pero que fue pagada por un casino. No obstante, poco después Stephen Paddock demandó abruptamente que su hermano le trajera un sándwich. «Ése era el precio de estar con Steve», dijo.
Eric Paddock dijo que sabía que su hermano poseía varias armas de fuego, pero los investigadores dicen que solamente el año pasado Paddock había comprado 33 armas, en su mayoría fusiles.
El año pasado, cuando Paddock visitó la armería B&S Guns en Garland, Texas, preguntó cómo modificar un fusil para facilitar el accionar del gatillo, dijo el dueño, Paul Peddle. Danley, que caminaba con un bastón entonces, jugó con los cachorritos de Peddle mientras su novio hacía las preguntas.
Cuando llegó el momento de partir, Paddock la ayudó a caminar al coche. «Él era muy amable con ella, muy dulce», dijo Peddle.
Cuando Paddock se registró en el Mandalay Bay Resort and Casino la semana pasada, pidió una habitación en un piso alto, pero le dijeron que no había nada disponible. Entonces una habitación se vació y los gerentes lo mudaron a una suite en el piso 32… pagada por el hotel.
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