México, 15 Oct (Notimex).- El sonido de las pinzas quirúrgicas cayendo en una fría bandeja de metal, el rechinar de las ruedas de los carritos de comida, el goteo del suero que cuelga de las camas de los pacientes, el aroma a medicina, a alcohol y a desesperanza ya no es una realidad en algunas salas de hospital en México.
Ello, debido a la presencia de doctores payaso, que con narices rojas y sonrisas hacen que niños enfermos de cáncer y otros complicados padecimientos logren percibir mejorías también en su estado emocional, que a decir del presidente y uno de los fundadores de la iniciativa Dr. Payaso, Jesse O’Connor, mejor conocido como Dr. Bigotes, también forma parte de un mejor estado de salud.
Desde hace al menos 10 años, un grupo de personas decidió cambiar el frío característico de los hospitales por un ambiente cálido, en el que los pacientes recuperan la felicidad y la confianza, que a decir de uno de fundadores del movimiento Dr. Payaso en México, se trata de lograr que los pequeños recuperen el control de algunas situaciones en sus vidas cotidianas, debido a que su condición los limita en ese sentido.
En entrevista con Notimex, detalló que en la actualidad existen 287 doctores payaso en el país, con cobertura en hospitales como: Centro Médico Nacional Siglo XXI, Hospital La Raza, Hospital Federico Gómez, 20 de Noviembre, y también en instituciones privadas como ABC de México, en Santa Fé y en Observatorio, así como en nosocomios de Toluca y Zitacuaro, Michoacán.
«Creemos que no hay ningún espacio donde el amor y la alegría deberían estar prohibidos y mucho menos en nuestros hospitales, creemos que el amor y la esperanza es esencial, los doctores payaso son personas que han tenido una preparación en arte clown y la improvisación, psicología positiva, tanatología y couching ontológico para poder hacer intervenciones a través del juego».
Refirió que la labor que hace Dr. Payaso está centrada en ayudar a los niños y a sus familiares a vincularse con otras perspectivas, mejorar su estado de ánimo, sus emociones y su entorno con una mirada más empoderadora.
Explicó que las personas con estancias hospitalarias prolongadas pierden autonomía en aspectos básicos en sus vidas, tales como comer por sí mismos o desplazarse, así como realizar diversas actividades, lo cual les genera estrés que impacta de manera directa en sus estados de ánimo, por lo que mediante dinámicas centradas en el humor logran que los niños recuperen la fe en sí mismos.
Dr. Bigotes precisó que para la aceptación de este tipo de proyectos, en un principio había algo de resistencia debido a la creencia de que el tema emocional no era tan importante como el del cuidado físico, pero hoy en día esta situación ha mejorado debido a la labor en hospitales y difusión; sin embargo, en la actualidad existen retos mayores, debido a que un gran número de hospitales solicitan la presencia de Dr. Payaso y se trabaja en la expansión de la base del voluntariado.
Refirió que la capacitación para ser un doctor payaso es de alrededor de seis meses, cuya premisa radica en que el ser humano no puede dar más de lo que tiene, por lo que en un principio, a partir de la personalidad de cada uno de los voluntarios, se busca descubrir su esencia para así poder brindar servicio a los niños.
Además, se utilizan herramientas de counching ontológico, lúdico y arte clown, con un humor enfocado en el payaso, es decir, es a él a quien le suceden las cosas y la participación de los niños los ayuda no sólo a reír, sino también a retomar un poquito el control de algunas de las situaciones que suceden en un hospital, por lo que refirió que se improvisa con base en las necesidades de los niños, con elementos que tienen a su alrededor.
Abundó que el doctor Patch Adams, pionero en llevar sonrisas a los hospitales en el mundo, dice que ponerse la nariz e ir a jugar a los hospitales sólo es un truco para acercar el amor, por lo que el trabajo que realizan en los hospitales es más profundo.
En ese sentido, expuso que: «Lo que hacemos es reconstruir el tejido social dentro de un espacio como el hospital, que suele ser desconectado, que provoca sufrimiento no sólo para los pacientes y sus familias, sino también el personal médico».
Añadió que también cuentan con un programa de desarrollo humano para médicos, el cual arrancó con el congreso «Felicidad que sirve», el cual reúne a alrededor de mil médicos y profesionales dedicados a la salud, que además se fortalece con capacitaciones a personal de la Secretaría de Salud en cinco diferentes estados del país.
Detalló que se iniciará con un programa para 600 residentes médicos en el tema de sensibilización y desarrollo humano, aunado a que recientemente se graduó el primer grupo del programa «El nuevo rol del líder médico», con participación de directores de hospitales y jefes de servicios del IMSS, ISSSTE, Secretaría de Salud y el sector privado, con un enfoque en la salud emocional de los médicos.
«Cada vez más personas se están sumando y la idea es empezar a transformar los hospitales, a que sean espacios saludables para los pacientes y para los médicos que buscan el bienestar integral y lograrlo a través de esas intervenciones con el personal médico y directamente con los pacientes a través de los doctores payasos».
Agregó que este tipo de programas tiene una buena acogida en el país, debido a que existe un enfoque a las necesidades emocionales de los pacientes y aún cuando apenas se está haciendo, como país hay una buena respuesta, como sociedad sí hay apertura al tema, por lo que buscan hacer un estudio para comprobar que los programas de desarrollo humano en el sector médico sí impactan de manera positiva en las personas.