CARACAS (AP) — Venezuela enfrenta el domingo una nueva prueba con la elección de 23 gobernadores, comicios en los que la oposición luce como favorita para ganar la mayoría de los cargos. Desde que inició la jornada, varios cientos de electores se concentraron en los centros de votación del este de la región capital.
Unos 18 millones de venezolanos están convocados para elegir a los gobernadores de estados que en su mayoría han estado bajo el control del oficialismo por más de una década. En esta oportunidad no se realizarán comicios en la capital debido a que allí solo hay alcaldes.
Entre fuegos artificiales y estridentes canciones de salsa, ambos bandos iniciaron antes del amanecer la movilización de sus maquinarias electorales y seguidores hacia los centros de voto.
La votación comenzó a las 6 de la mañana y se extenderá por 12 horas, aunque es posible que pueda prolongarse si aún hay electores en las filas de los centros, anunciaron las autoridades.
En un estrecho callejón de la populosa barriada pobre de Petare, en el este de la capital, que da a una pequeña escuela pública que fue habilitada como centro de votación, coincidieron centenares de opositores con seguidores del gobierno quienes al grito de «fuera terroristas» levantaban banderas rojas del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela.
Las tensiones se crisparon cuando arribó al lugar para votar el candidato opositor de la gobernación de estado central de Miranda, Carlos Ocariz, que fue recibido al grito de «Ocariz es terrorista» por los oficialistas, mientras que sus seguidores voceaban «no volverán».
Algunos de los simpatizantes del gobierno lanzaron botellas plásticas y agua a Ocariz y trataron de golpearlo con las banderas, situación que obligó a los militares que resguardaban el centro a darle protección al dirigente.
«Yo nací en democracia y quiero morir en democracia», afirmó Susana Unda, una ama de casa de 57 años, tras votar en el pequeño centro electoral de Petare.
«Tenemos que hacer lo que sea para lograr un cambio este país y sacarlo de la crisis», dijo Unda con la voz entrecortada al reconocer que aspiraba que su hija pueda regresar de España, a donde se mudó hace siete meses debido a la creciente delincuencia que azota a Venezuela.
Unda dijo que realizó más de diez viajes en su camioneta para ayudar a trasladar electores desde un centro, que fue suspendido por las autoridades, a la escuela de Petare.
«Espero que después de esta votación la gente que está en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro sea más consciente y lo deje gobernar», dijo Sergio Carmargo, un vigilante privado de 59 años, poco antes de montarse en una pequeña camioneta que habilitó la oposición para trasladar a los electores de un centro de Petare que fue suspendido.
Camargo aspira que tras la votación «cambie la situación económica, y se resuelva en problema de la alimentación que crearon los empresarios».
Por su parte, el presidente Maduro dijo que “con las gobernaciones vamos a consolidar la paz en función del camino de la recuperación de la prosperidad económica”. En un mensaje que difundió la televisora estatal pasadas las 6 de la mañana, llamó a los venezolanos a salir a votar para consolidar la paz en el país suramericano.
En meses pasados Venezuela se vio sacudida por violentas protestas antigubernamentales que se extendieron cuatro meses y en las que hubo al menos 120 muertos y casi 2.000 heridos.
Aunque las proyecciones indican que la coalición opositora ganaría la mayoría de las gobernaciones, el dirigente Henrique Capriles admitió que van al proceso en las «peores condiciones» ante las acciones del Consejo Nacional Electoral (CNE), que a última hora reubicó 274 centros de votación en los que la oposición había ganado en el pasado. La reubicación de las casillas en algunos estados del país afectó a cerca de 700.000 electores.
Socorro Hernández, una de las cinco directoras del CNE _controlado por el oficialismo_, desestimó las críticas por la reubicación de los centros, y dijo que la medida se tomó porque había algunas instalaciones que estaban en zonas donde se realizaron protestas antigubernamentales en meses pasados y problemas de infraestructura que presentaron algunas edificaciones.
En estos comicios la dirigencia política debió hacer frente al desánimo que hay entre los venezolanos, agudizado tras las manifestaciones que se realizaron entre abril y julio.
Los analistas estiman que la frustración de los habitantes podría expresarse en la abstención que las principales encuestadoras proyectan que podría rondar entre 40% y 50%, un porcentaje muy similar al de otras consultas regionales anteriores.
Los problemas generados por la desbocada inflación de tres dígitos, la severa escasez de alimentos y medicinas, y la paralización económica han golpeado la popularidad de Maduro, la cual ronda el 20%.
La comunidad internacional apuesta a que estas elecciones podrían abrir el camino a una solución pacífica a la crisis, pero los analistas estiman que después de los comicios se recrudecerá la pugna entre el gobierno y la oposición.
Maduro anunció el viernes que los gobernadores electos deberán subordinarse a la oficialista Asamblea Constituyente, la cual carece del reconocimiento de la oposición, lo que presagia nuevas tensiones políticas.
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Fabiola Sánchez está en Twitter como: https://twitter.com/fisanchezn
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El fotógrafo de The Associated Press, Fernando Llano, contribuyó para esta nota