WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump dijo el lunes que cree que Cuba es responsable de los inexplicables ataques invisibles que han causado problemas de salud a empleados del gobierno estadounidense en la isla.
Aunque los comentarios de Trump parecen una nueva acusación, no quedaba claro si se refería a que Cuba era la autora de las agresiones o simplemente compartía la responsabilidad por no garantizar la seguridad de los estadounidenses en ese país.
Estados Unidos ha evitado culpar al gobierno del presidente cubano Raúl Castro de los incidentes que comenzaron el año pasado y que el FBI no ha podido dilucidar.
“Creo que Cuba es responsable”, declaró Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. “Es un tipo de ataque muy raro, como ustedes saben. Pero yo creo que Cuba es responsable”.
La embajada de Cuba no ha dado una respuesta a las declaraciones del mandatario. El gobierno de Castro ha negado reiteradamente que esté implicada en los ataques o haya tenido conocimiento de éstos.
Trump no abundó sobre el tipo de arma que podría haber causado los daños a la salud, que van desde la pérdida auditiva permanente hasta lesión cerebral traumática leve, o conmoción cerebral.
El Departamento de Estado dijo que a pesar de la larga investigación y visitas del FBI a la isla, Estados Unidos no ha podido identificar ni al culpable ni un dispositivo.
La acusación vaga de Trump contra Cuba muy probablemente aumentará las tensiones entre ambos gobiernos. Estados Unidos y Cuba reanudaron relaciones diplomáticas en 2015 tras medio siglo de distanciamiento, pero los ataques contra los estadounidenses y las consiguientes medidas adoptadas por Washington han comenzado a debilitar los recientes vínculos.
Estados Unidos no ha acusado explícitamente a ninguna parte de perpetrar los ataques, que en algunos casos implicaron ruidos estridentes y misteriosos que hicieron que los investigadores consideraran la posible utilización de un arma sónica.
Sin embargo, Washington ha señalado el estricto control de la seguridad en La Habana y la estrecha vigilancia que el gobierno de la isla tiene sobre los estadounidenses como motivos para creer que Cuba podría saber más de lo que ha trascendido.
El Departamento de Estado también ha dicho que al margen de quien ha atacado a los estadounidenses, Cuba tiene la responsabilidad de proteger a los empleados de la embajada estadounidense, de acuerdo con el derecho internacional.
“Creemos que el gobierno cubano podría detener los ataques contra nuestros diplomáticos”, dijo el jefe de despacho de la Casa Blanca, John Kelly, la semana pasada.
Según el Departamento de Estado, está “medicamente confirmado” que 22 estadounidenses resultaron afectados y que el número podría aumentar. Los informes sobre los síntomas y las circunstancias en las que han sucedido varían ampliamente, lo que dificulta en cierta manera una conclusión definitiva sobre los ataques.
Estados Unidos considera que los ataques que comenzaron en 2016 continúan, y el más reciente se registró a finales de agosto.