diciembre 14, 2024
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octubre 16, 2017 | 185 vistas

LONDRES (AP) — Los remanentes del huracán Ophelia causaron la muerte de al menos tres personas el lunes, después de tocar tierra en las Islas Británicas con rachas de viento de hasta 130 kilómetros por hora (80 millas por hora), cancelando vuelos, cerrando escuelas y provocando apagones generalizados.

Las muertes se produjeron en Irlanda, donde decenas de miles de hogares carecían de electricidad y los militares fueron puestos en estado de alerta.

Aunque los meteorólogos degradaron a Ophelia y lo clasificaron como ciclón postropical, el Grupo Nacional de Coordinación de Emergencias de Irlanda contra Tiempo Grave calificó la tormenta como «sin precedentes, con condiciones graves que amenazan la vida».

Las autoridades irlandesas ordenaron el cierre de escuelas, tribunales y edificios gubernamentales el lunes, en medio de la preocupación por los daños que podrían causar los remanentes del huracán.

El ministro de Educación de Irlanda Richard Bruton publicó en su cuenta de Twitter que los funcionarios «decidieron que todas las escuelas permanecerían cerradas mañana (martes)». La tormenta se dirige hacia Gran Bretaña.

El servicio meteorológico de Irlanda pronosticó ráfagas de viento de 120 a 150 kilómetros por hora (75 a 93 millas), lo que generó temores de caos entre los viajeros.

Algunos vuelos fueron cancelados y los funcionarios de aviación pidieron a los viajeros que comprueben la información más reciente de sus vuelos antes de ir al aeropuerto el lunes.

El servicio meteorológico emitió una advertencia de «estado rojo», diciendo que se pronosticaba viento «violento y destructivo» en todo el país y que «las lluvias fuertes y las marejadas de tormenta a lo largo de algunas costas provocarán inundaciones».

La Oficina Meteorológica Británica también advirtió de tiempo muy ventoso en partes de Irlanda del Norte, Escocia y el norte de Inglaterra. La agencia advirtió de posibles apagones, la interrupción en el transporte y perturbaciones en las señales de telefonía móvil.

El primer ministro irlandés Leo Varadkar pidió a las personas mantenerse bajo resguardo y dijo que se trata de una «tormenta muy peligrosa».

Los trabajadores cerraron el Puente Peace en la ciudad de Derry con cinta y sacos de arena como medida de precaución.

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