diciembre 14, 2024
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Hombres invisibles de ‘pelota caliente’

octubre 22, 2017 | 316 vistas

El umpire es un personaje que a través del tiempo se ha consolidado como “el enemigo público número uno” de la “pelota caliente“, todo lo tiene en contra, a nadie le gusta sus decisiones, más aun cuando el equipo está abajo en la anotación, toda la culpa la tiene el ampayer, por eso nos interesa darles a conocer a los aficionados a este deporte el artículo que gentilmente nos hace llegar vía Whatsapp el presidente del Cuerpo de Ampayers de esta Ciudad profesor Marcos Palomares, referente al sufrido grupo que viene trabajando en los partidos de beisbol en cualesquiera de las organizaciones que existen en el mundo entero, claro donde se juega beisbol.

Dice lo se mandan el grupo de ampayers de Mazatlán Sinaloa donde “El Profe” Marcos también es conocido por ese estado, he aquí el interesante artículo de Ron Luciano.

Responda el amable lector honestamente a la siguiente pregunta: ¿Qué es lo primero que viene a su mente cuando piensa en un umpire? Tal vez la respuesta sea una jugada que se marcó en contra de su equipo favorito, o un mánager que encara airadamente al principal mientras el público abuchea, no precisamente al pelotero, sino al hombre de la máscara, porque en el beisbol el umpire siempre es el villano.

A pesar de que son una pieza clave en el deporte que nos apasiona, pues sin ellos no podría existir el juego como lo conocemos, los umpires nunca escuchan una palabra amable ni un aplauso de reconocimiento a su labor tras el plato y en bases. Sólo reciben vituperios y recuerdos a la familia, sin mencionar que se les culpa de todo lo malo que pasa en un juego de pelota, se duda de su honestidad, de su visión y hasta de su hombría.

La realidad es que independientemente del desempeño del umpire, los aficionados no necesitan gran motivación para culparlo. Los señores de azul parecen ser responsables de todo lo que sale mal: si un pelotero no está bateando, si el equipo va perdiendo, si un fanático pelea con su esposa, por el derrame de petróleo en el Golfo de México, el calentamiento global, etc. Culpemos al umpire por todo, al fin para eso está, no me negará usted que al menos alguna vez ha dudado de una cuenta o de una jugada apretada y lo ha manifestado.

Ser umpire no es fácil y además de cantar bolas y strikes en un partido, hay más en su labor de lo que pensamos. Como representante del presidente de la liga en el terreno, es responsabilidad del umpire principal mantener el juego en marcha, manejar los cambios del line up, encargarse de que haya pelotas, cubrir las jugadas de home, discutir con el catcher, revisar las pelotas y bats, trabajar coordinadamente con el anotador, discutir con el bateador y ocasionalmente con el manager, a veces airadamente.

Aunque un gran número de aficionados piensan que el papel de un umpire empieza cuando los managers intercambian line ups en el plato y repasan las reglas de terreno, en realidad el trabajo inicia al menos un par de horas antes, pues cada pelota debe ser frotada con una franela para quitarle el brillo. Labor que se lleva a cabo en el vestidor.

Se habla en el medio de la parcialidad de los umpires, pero si tienen que permanecer de pie al menos unas dos horas y cantar aproximadamente 300 bolas y strikes. ¿Cree usted que les importa quién gana o quién pierde? No, lo que realmente les interesa es que el juego sea corto. En lo que se refiere a las bolas y los strikes, la regla es muy sencilla, todos los pitchers creen que cada lanzamiento al que el bateador no hace swing es un strike y todos los bateadores creen que cada lanzamiento al que no hacen swing es una bola. Lo mismo con los aficionados, lo que se marque en contra de su equipo es erróneo. En pocas palabras, cada una de las decisiones que haga será criticada.

Son muchas las características que se necesitan para ser un buen umpire porque se enfrentan a situaciones complicadas: Debe poseer conocimientos vastos de beisbol y dominar el reglamento, necesita tener liderazgo, imparcialidad, discreción, paciencia y estoicismo de santo para tolerar el abuso verbal de aficionados y peloteros, autocontrol, honestidad a prueba de todo, cortesía, firmeza y por si fuera poco, inspirar respeto. Además, ayuda tener una buena constitución física, por aquello de los pechazos.

 

Pocos son los umpires reconocidos por el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, sólo nueve. El más reciente fue electo en 1997, don Víctor Saiz, nombrado el mejor umpire mexicano de todos los tiempos. Honor a quien honor merece, ojalá fuera ejemplo de las generaciones actuales.

Un trabajo difícil sin duda, que deja al parecer pocas satisfacciones, que obliga a viajar constantemente, pues un umpire nunca juega de home team y sin embargo, apasionante, pues se tiene el mejor lugar del estadio, el único inconveniente es que se tiene que estar de pie.

Los umpires son parte importante de nuestras Estrellas del Cajón

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