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octubre 22, 2017 | 116 vistas

Reflexión sobre el Estado, la sociedad y la educación

Héctor F. Saldívar Garza.-

En cuanto tengo oportunidad, les comento a mis alumnos que si quieren comprender de mejor manera cualquier tópico que les interese, deben realizar lo siguiente: Aplicar el método del análisis, que significa dividir el contenido a estudiar, en sus partes constitutivas; penetrando en cada una de ellas hasta llegar a su génesis.

Esto ocasionará que el horizonte se aclare y sea posible apreciar las cosas de tal forma que la opinión externada sobre el tema sea comprensible para los receptores.

A continuación, empleando el principio señalado citaré un ejemplo. Cuando se pregunta sobre la operatividad del Estado, su relación con la educación en el país, y las razones por las que no se ha avanzado en este ámbito, la incertidumbre muchas ocasiones nos invade, y para superar esto, primero tenemos que adelantar, que sobre la denominada Revolución mexicana de 1910 debemos considerar como real, que el movimiento se forjó por una serie de situaciones anómalas existentes en esos tiempos, las cuales ya habían rebasado con creces los límites permisivos por las instituciones gubernamentales. Recordemos por una parte, que Porfirio Díaz, a principios del siglo XX ya no era el hombre fuerte que brindaba estabilidad a la nación como en los lustros anteriores; y en los Estados Unidos, asimismo, no lo apoyaban como antaño. En parte quizá por la unión que existía con Francia, quienes continuaban con su proyecto hegemónico (Cházaro, Laura. 2000).

En virtud de esas circunstancias, la oposición a su gobierno se intensificó enérgicamente, provocando escisión en el grupo de poder, que orilló al líder a pedir asilo político en Francia.

A partir de ese momento, que fue en el año 1911, se incrementó la participación de dirigentes que encabezaron grupos subversivos, hasta que surgió Venustiano Carranza como líder aglutinador de las mayorías; quien no obstante, sin tranquilizar del todo a la nación, pudo crear con el apoyo de diversos personajes y grupos que lo respaldaron, una nueva Constitución política en el año de 1917; considerándose por ello que ahí surge el nuevo Estado mexicano.

La nueva Constitución recibió bases de la de 1857, sin embargo fue actualizada en varios sentidos. Los movimientos opositores continuaron, pero paulatinamente fueron cediendo hasta lograrse cierto equilibrio que brindó estabilidad a la nación durante un tiempo considerable.

En esos años aciagos, una de las ideas centrales que permeaban la función de un sector de la sociedad, era que si se impulsaba la educación, México pronto sería un país independiente, lo cual facilitaría que avanzara de manera sólida hacia el desarrollo. Sin embargo, así como existían quienes pretendían este loable fin, también había familias pudientes que fueron afectados en el movimiento rebelde, y buscaban, unidos con otros que no simpatizaban con los revolucionarios, mantener las condiciones del país sin cambios.

Tal situación tuvo que definirse, para determinar el derrotero que se programaría, y entonces ver el tipo de educación a emplear. Sobre estas acciones, el Diario Oficial de la Federación presenta en sus archivos que recogieron los incidentes de esa época, las encarnizadas luchas que se llevaron a efecto entre los liberales que pretendían cambios de raíz y los conservadores, quienes preferían mantener al país en los mismos niveles.

En ese momento histórico, el triunfo fue para los liberales; estableciéndose un tipo de educación de corte nacionalista, con la idea de que al paso de las generaciones mediante ella se forjase un México independiente y preparado.

En el ámbito político se logró el aglutinamiento de prácticamente todas las fuerzas en un solo partido, el denominado P.N.R (Partido Nacional Revolucionario) en el año de 1929 con Plutarco Elías Calles al frente, facilitando esta acción el mantenimiento de una línea de gobierno con ideario específico.

La educación que empezó a manejarse fue la denominada enciclopedista, que imbuía de gran cantidad de información al estudiante; pero también un rasgo que la caracterizó fue que se pretendía forjar un sujeto con amor a la patria, mediante una proyección denominada nacionalista. Por esta razón se ensalzaba a los héroes de la independencia y revolución, y al hacer alusión a los Estados Unidos, se observaba con claridad las múltiples intervenciones que realizó en nuestro territorio y las afectaciones que como consecuencia de esto se padeció.

La ideología establecida por la educación posrevolucionaria inició con fuerza; pero pronto se observó que fue cediendo lentamente en su propósito general, manteniéndose con claridad un nacionalismo sin excesos durante varias décadas. Sin embargo, desde los años 70, quizá en parte como consecuencia del sorprendente movimiento estudiantil del 68, el Estado mexicano consideró prudente realizar una reconversión en el campo educativo y aquella educación que pretendía imbuir a los niños y jóvenes de un espíritu de identidad con su país y una visión enmarcada en la solidaridad humana para promover desarrollo equilibrado, fue quedando abandonada en la medida que las ideas capitalistas establecían su impronta.

Esto, nos ha conducido hasta el momento actual, donde una pluralidad de jóvenes que concluyen su educación media superior e ingresan a la universidad, carece de múltiples conocimientos básicos y lo que es más lamentable, no poseen un marco de valores ideológicos que los constituyan en personas idóneas para promover una sociedad armónica.

Los intereses que privan en la mayoría de las generaciones más recientes de México, se circunscriben a su propia persona. A la sociedad no la conciben como tal y al país lo contemplan como un ente sin significado especial siendo común que se identifiquen más con nuestro vecino del norte.

Concluimos afirmando que vivimos en un Estado regido por un sistema; y la educación solo es un elemento más en su accionar. Los lineamientos a los que responde son los del Estado, y estos lo fortalecerán o subsumirán; repercutiendo ello en una sociedad desarrollada o que solo se reproduce.

Referencias: Cházaro, Laura. 2000. Reseña de Javier Pérez Siller Coordinador. México. Francia memoria de una sensibilidad común siglos XIX y XX.

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